Noviembre 15

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Noviembre 15, 2016
Stanford, Cal.

“Queridos Großeltern:

Se que últimamente he insistido mucho en mis cartas, sin embargo, me siento muy lejana a ustedes.
Cada día me siento mas ansiosa y simplemente no puedo dejar de pensar en como se sienten.

Me gustaría estar con ustedes y abrazarlos inmensamente, se que es duro pero Pa' va a estar bien. No hay nada que los avances medicos no puedan hacer por él.

Estoy con ustedes aunque no me puedan ver ni tocar y viajare a casa tan pronto como me sea posible para verlos.

Un abrazo y muchos besos, Mel”.

Melina se limpio las mejillas rápidamente y abrió su fiel compañera, aquella hoja en blanco.

Noviembre 15, 2016
Stanford, Cal
Edificio Sur

“Querida Charlotte Sallow:

Hoy tenemos una inmensa pena que nos embarga, aquel hoyo de inmenso vacío color negro ha regresado.
Pa' esta enfermo, los doctores le han dicho que tiene cáncer de pulmón y tiene que comenzar sus tratamientos tan pronto como sea posible... Omi esta destrozada y sola, ella esta sola.

Hemos pensado en tomarnos un tiempo en la escuela para estar con ellos, pero Pa' ha sido el primero en negarse. Él no quiere que regrese a casa a menos de que lleve un título universitario en mis manos.
Esta orgulloso de nuestra investigación y dice que si me alejo, todo mi cansancio habrá sido en vano, Amelia piensa lo mismo.

Ella esta feliz por nuestros avances y lamenta mucho lo de Pa', sin embargo, no cree que alejándome pueda llegar a algo y lo ha explicado y lo he comprendido. Ella tiene razón.

Hemos progresado en nuestro club de lectura, comenzamos a coleccionar libros y ahora tendremos que comprar un nuevo librero. Si te soy sincera, aquel club me hace muy feliz.

También somos muy buenas en el trabajo, ahora también preparamos pequeños pastelillos y es ella quien normalmente los compra todos. Todas las mañanas de los fines de semana va a la cafetería por café, lleva su computadora, varios libros, sus gafas y me espera hasta que el turno termine para ir a la biblioteca y continuar con mis investigaciones.

Pasamos la mayor parte del tiempo juntas y simplemente noto como cada día que pasa aquella sensación en mi estómago y en mi pecho crece más y más.

Finalmente tengo que confesartelo. Ella me gusta. Y es una sensación nueva para mi. Nunca había experimentado esto por nadie, es un calor tan abrazado como el que la chimenea nos proporcionaba en los fríos inviernos de Alemania.

Me gusta correr junto a ella por las mañanas de los domingos soleados ¡me gusta correr!
Me gusta leer junto a ella en silencio y me gusta desayunar y compartir aquel pastel de chocolate junto a ella en nuestras horas libres. Ella se ha vuelto todo mi campus estos últimos meses, sin quererlo, entro en mi vida rápidamente que ahora no podría imaginarla sin ella. Se que es apresurado, pero para alguien solitario como yo, es una sensación simplemente extraña y acogedora que no quiero que termine.

Es como estar en casa. En la nieve sintiéndome protegida.

Su piel es blanca, blanca como la nieve en Noviembre.
Su cabello es rubio como los rayos del sol y sus ojos son tan azules como el mar.
Tiene pestañas frondosas como los bosques.

Amelia es el mundo entero.

Supongo que tendré que guardarlo o quizá solamente esperar... Mañana ambas iremos a dar un paseo por la Bahía, serán largos kilómetros en los que tendré que correr, pero con ella a mi lado, realmente no importa.

Estoy perdida.

Querida Charlotte, lamento decirte que últimamente el apetito nos ha abandonado, supongo que en cuanto el estrés pase todo regresara a la normalidad.

Con amor, Ina”.

Las Cartas Que Nunca Leerás Where stories live. Discover now