Capítulo 25.

466 50 9
                                    

Ha pasado unos días desde un tuvimos la guerra con ese dios tonto, me encontraba sentada en mi árbol preferido, donde dormía de niña ya que ahora vivo en una pequeña cabaña que me hicieron los habitantes como regalo de bienvenida. Miro como el sol aparece nuevamente, haciendo que sus rayos despierten a las flores, las hadas empiezan a volar cerca del agua y el suave viento hace que varias flores caigan sobre mi como suave caricias.

Abro los ojos con lentitud, borrando mi sonrisa al sentir una presencia, no era amenazante o me indicaba peligro pero me dio curiosidad por que nunca sentír algo cálido hace años. Volteo un poco el rostro, encontrándome con una mujer peli roja hasta la cintura, tiene como una trenza, dejando que algunos mechones estén suelto, la piel blanca que parecía suave, labios carnosos, ojos verdes como la naturaleza, cuerpo perfecto que hace que su vestido hecho de hojas le quede muy bien, tiene una corona de flores, aparte de varios pétalos por su pelo, venía descansa y eso me hace dudar mucho de que sea una humana.

¿?: usted debe ser maléfica, ¿Verdad?-levanta su mano cuando los pájaros, hadas y demás animales pequeños se acerca a ella. Asiento sin moverme del lugar, ya que se acerca a donde me encuentro.-un gusto, soy Perséfone.

No puedo evitar sentir una cierta incomodidad por saber que es la ex mujer de Hades, no entiendo del por qué está aquí, después de todo no tengo nada que le interese, tampoco una relación con su ex esposo.

Perséfone: sé lo que piensas y tranquila.-se coloca en frente mío, sentándose en el suelo para acariciar un consejo, en ningún momento borró su suave sonrisa.-no guardo rencor a nadie, solo quería saber quién obtuvo el amor de Hades.

Yo: no entiendo en como pudiste estar con ese idiota.-suelta una risa mientras bajo del árbol y así verla mejor.-tu aura es tan brillante, pura, eres hermosa, ¿Qué le viste?

Perséfone: gracias y sobre tu pregunta.-desvia la mirada, pasando su mano sobre la tierra y algunas flores salen de ahí.-no obtuve opción, él me puso una trampa, era inocente en ese entonces.-frunzo el ceño por lo que cuenta, me siento con cuidado y así estar a su altura.-al paso del tiempo le tomé cariño pero nunca me enamoré de él, tampoco sabía si su amor era sano, solo permanecí a su lado por obligación y no me quejo, me respetaba y eso lo valoro mucho.

Yo: ¿Por qué me cuentas eso?, ¿Por qué estás aquí?

Perséfone: por que al ver como ustedes juntaron sus caminos, hubo una química que yo no pude tenerla.-sus ojos cruzan con los míos, sentía que podía leer mi alma.-vine aquí por que sé que niegas dar una oportunidad a mi tío, sé que te lastimaron en tu pasado pero eso no significa que tu futuro tenga que repetirse. Hades cometió un error pero es común, incluso nosotros cometemos errores como cualquier ser, de una manera tenemos que aprender ¿Verdad?

Yo: ¿No te molestó al saber que amaba a otra?

Perséfone: no.-niega con la cabeza lentamente, mirando por unos segundos a las hadas que se colocan en sus hombros.-por que después de tantos siglos pudo sentir amor, que alguien le correspondía, sus ojos brillaban, sonreía como un tonto enamorado y siempre pensaba en ti.

No sabía que pensar en ese momento, era como tantos sentimientos que prefiero reprimirlos, odiaba sentirme tan confundida. Ella vino para saber que Hades no duda de lo que siente, que todos ven como ese tonto Dios ha cambiado por mi pero yo no quería comprender, quería negar que sentía algo por mi de verdad, estaba cansada de confiar en un hombre por que en un momento me lastimaban y yo perdonaba.

Yo: no sé si creer.

Perséfone: solo el tiempo lo dirá.-se levanta, entendiendo su mano para ayudarme a también levantarme.-¿Por qué no tomamos algo de té? Claro, si usted lo desea.

Solo podía aceptar su invitación, me sentía algo culpable al saber que algún momento en mi vida la odiaba por tener al hombre que me cegó, trataba de pedir disculpa de una forma silenciosa por que tengo un gran orgullo para decirlo en persona.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Así pasaban las horas, decidimos tomar té cerca del lago, donde nos dan algo de sombra, nunca me cansaré de decir que amo mi mundo, amo donde nací, me da esa paz que necesito en mi vida, a veces olvidaba todas las frustraciones que se me acumulaban, es una hermosa forma de relajarse.

Perséfone es grandiosa, me sacaba algunas risas y no formamos un incómodo silencio, es como una psicóloga pero también una guía de vida, me daba consejos que no muchos se animarían darme, incluso me comentaba las cosas absurdas que hacía el dios de los muertos para llamar la atención, incluso compartí algunas anécdotas de su forma de conquistar alguien.

Ahora nos encontramos hablando de mi hija, hace mucho que no visito a Mal, debería ir en unos días, claro, que avisaría sobre mi visita, después de todo no sé si estará ocupada.

Perséfone: bueno, fue un gusto haberte conocido Maléfica.-se levanta y yo hago lo mismo.-espero que un día podamos encontrarnos nuevamente.

Yo: yo igual, espero por su visita.

¿?: ¿Perséfone?

Ambas miramos a Hades quien estaba a unos pasos de nosotras, mirando confundido, es obvio que no esperaba ver a su ex mujer por aquí o al menos hablando conmigo. Miro a la diosa quien solo de limita a sonreír, se nota que es calmada o no sé si finge, después de todo debe ser duro ver a tu ex después de poco tiempo. Yo por otra parte, me sentía como fuera de lugar, era como un extra, suspiro hondo, calmando la incomodidad que domina mi cuerpo.

Ese dios no puede dejarme un día en paz.

Continuará...

¿𝘛𝘶 𝘮𝘦 𝘥𝘢𝘳á𝘴 𝘶𝘯 𝘧𝘪𝘯𝘢𝘭 𝘧𝘦𝘭𝘪𝘻? ||Hades x Maléfica||Where stories live. Discover now