Mi amor con Alessandro

26 16 6
                                    

Después de ese beso, todo se transformó en nuestras vidas, empecé a ver más seguido a Alessandro, salíamos a comer, a caminar, al cine, al karaoke. En una noche en la acera de mi casa, cuando estuvimos conversando, él se paró y saco una rosa hecha de servilletas, se arrodilló y me preguntó lo que esperaba con ansias.
- Ximena, ¿quieres ser mi enamorada?- Sus ojos brillaban.
- Pensé que ibas a demorar en decírmelo, esa pregunta lo estaba esperando con ansias. Sí, sí Alessandro. -
Él se paró, me dió un fuerte abrazo y un tierno beso. ¡Oficialmente ya éramos enamorados!
Le conté las noticia a mis padres, tuve miedo de decírselo, pero lo tomaron con calma y serenidad. Los padres de Alessandro también sabían lo de nosotros, todo salía perfecto.
En una tarde cuando regresábamos de caminar con él, lamentablemente se rompió mi zapatos. Sentí mucha vergüenza. Él se dió cuenta de mi sentir.
- Sube Ximena - Alessandro se había puesto de cuclillas y con las manos atrás, como si iría a cargar a alguien sobre sus espaldas.
- ¿A dónde? - Yo tenía la cara de sorprendida.
- Vamos amor, te llevaré hasta tu casa, solo falta tres cuadras. -
- Alessandro, pero es mucho. -
- Tu solo sube, por favor Ximena -
- ¡No¡ ¿Qué irás a decir las personas? - Y mire a nuestro alrededor, habían muchas chicas viéndonos.
- No me importa, quiero que te envidien, al saber que tu chico puede hacer cualquier cosa por ti. - Él hizo un ademán para subir.
Así llegamos a mi casa, él estuvo muy cansado, que sentí pena.
Al día siguiente, Alessandro me llamó, diciendo que iba a mi casa y yo le dije que no podía, que estaba muy desarreglada.
- ¡TOC, TOC! - Salí a ver quién era.
- Te traje tu helado favorito y alitas con papas rizadas, las que te encantan cariño. -  Alessandro estaba muy contento.
- Te quiero, pasa por favor. -
Al cuarto mes de nuestra relación, él me llevó de paseo a un parte cerca de su casa, cuando llegamos al parque el me dijo que cerrara los ojos.
- Los abres cuando te diga ya. - Su voz era como un susurro.
- ¿Ya los puedo abrir? - Yo estaba muy intrigada.
- Paciencia. En tres, dos, uno, ya, ahora sí. -
Cuando abrí los ojos, el parque estaba lleno de luces y con globos en forma de corazones, al centro, en uno de los columpios, había una caja y sobre ella un ramo de flores. Me acerqué a la caja y miré a Alessandro.
- Ximena, quiero que sepas que te amo, nadie me hace sentir como tú me haces sentir. -
Yo no dije nada, solo me lancé a él, y me susurré al oído, "te amo también".
Nuestro te amo, sin duda alguna fue muy acelerado, pero era lo que sentimos en esos momentos.
Así pasaron los meses, Alessandro buscaba enamorarme por completo de él, era muy atento, siempre dispuesto para mí o mi familia, apoyaba en mi casa, me llevaba a comer con sus padres, todo era completamente perfecto.
Hasta que en una fría noche de julio del año siguiente, 2017, cuando salía de mis clases de piano, esta vez no fuí directo a mi casa, sino fuí a recoger una vestimenta de danza para una presentación del colegio. Cuando a la salida de la tienda de alquiler, ví a Alessandro con una de mis amigas pasar en un taxi. Seré sincera no sentí nada de celos, pensé que estaban coordinando algo para mí.
Cuando llegue a casa Alessandro fue a mi casa y me dijo que no se podía quedar mucho tiempo, porque estaba cansado. Me pidió permiso para pasar al baño, él entró y dejó el celular en la silla donde estaba sentado. Es ahí cuando le llegó un mensaje: "Me gustó mucho la salida, que pena que estás comprometido y yo también". Ese mensaje me destrozó el alma, quería ir corriendo a reclamarle lo que había viste, pero me puse serena y espere que saliera.
- Alessandro, amor ¿qué hiciste hoy?. -
- Nada cariño, solo apoyar en la tienda a mi papá. -
Yo sabía que me estaba mintiendo, ese mismo día no reclamé nada. Quise mejor meditar las acciones que tenía que tomar.

BRUCE (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora