Perdóname, estaba equivocado

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Volviendo al incio de esta historia, era Agosto del 2017, no recuerdo que día exactamente, pero el desdichado cumplía 18.
- TOC, TOC... -
-  ¿Quién es? - Abrí la puerta.
- Hola Xime ¿Podemos conversar? - Tenía un ramo de flores en la mano.
- ¿Con qué cara vienes a buscarme Alessandro? - Mi corazón latía de rabia.
- Perdóname, estuve equivocado. Tu eres la chica que me marcó en mi vida. Solo te extraño a ti, pienso en ti todos los días, no quiero a nadie que no seas tú y en este día de mi cumpleaños solo quiero pasarlo contigo, solo contigo y nadie más. - Alessandro se puso a llorar.
En realidad esa escena me había conmovido mucho, que lo invité a pasar, conversamos un buen rato, que su historia me parecía muy creíble, me estaba convenciendo de su arrepentimiento.
Después de ese día Alessandro volvió a frecuentar mi casa, siempre me llevaba muchos regalos, me hablaba bonito. Empezó a hacer méritos para buscar mi perdón.
En una noche de septiembre, él me invitó a salir de noche, fuimos a un restaurante muy costoso. Cuando estuvimos en nuestra mesa me dijo que me quería y que quería recuperar todo lo que tenía conmigo, yo estaba dudando. Es ahí cuando él me da un beso y me dice: "Te quiero hacer mía ahora, solo quiero que tú estés unida a mí". En ese momento recordé lo que me había comentado Jazmín, a cerca de lo que Alessandro hizó con ella y con otra chica más. Me pregunté a mi misma: "¿Cuántas más hay? ¿De quién más se aprovechó y robo su inocencia?
Me sentí una tonta al corresponderle el beso, estaba cayendo en su red, su arrepentimiento no era enserio, solo me quería llevar a la cama y arrebatar mi pureza. Así que después de lo que había reflexionado, alejé mi rostro de él y lo miré con mucha impotencia.
- ¿Tú, qué te crees? - Levanté la voz.
- Por favor ¡aquí no Ximena! Baja la voz, que todos nos están viendo. - En su cara se veía lo avergonzado que estaba.
- ¡Piensas que todas las chicas van a caer a tus brazos ¿con tan solo un perdón, me equivoqué? Estas mal Alessandro, mal de la cabeza, nadie, nadie, escúchame, muy bien, nadie en su sano juicio busca burlarse y desgraciar la vida de las demás personas. Eres un enfermo! - Me levanté de la mesa y me fui.
Deje a Alessandro en la mesa, todo el mundo en el restaurant me veía cuando caminaba hacia la salida. Me paré un rato en la acera para poder recuperar el aliento y reponerme de las ganas de llorar. Tomé un taxi hasta mi casa, al llegar, recibí un mensaje de Alessandro: "Nunca debiste hacerme eso, no me conoces"
Ya mi tristeza se había mezclado con la rabia, así que cuando leí el mensaje, llamé lo llame, y solo fuí breve.
- ¡Maldita sea la hora que te conocí, no me vuelvas a molestar ni a buscar en tu perra vida. Muérete imbecil! - Y corte la llamada, suspiré.

BRUCE (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora