CAPÍTULO TREINTA

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Emma.

Luego de la explicación de Apolo, yo solo puedo mirarlo en silencio.

—¿Me estás diciendo que fuiste amigo de mi papá mucho antes de que yo naciera?

—Sí, por eso te pregunté si ella era tu mamá. —Me señala la foto donde sale mamá con una Emma bebé en sus brazos—. Cuando yo los conocí ellos estaban recién casados, incluso fue en su luna de miel, yo tuve una discusión con mamá y baje a la tierra, los conocí y fueron muy agradables. Estuve con ellos durante esa semana y luego se despidieron y jamás volví a saber de ellos.

—¿Entonces no sabías de mí? Digo, tú ves todo desde allá arriba, me viste leer sobre ti y llamarte, pudiste verlos a ellos, era su casa antes.

—Sí, pero no es que tengo mil ojos, Emma. Observo de lejos y capto algunas cosas, yo no te vi a ti, yo observe tus piernas y como me gustaron, entonces te di mi atención. A ellos jamás los pude ver, pero te juro que no sabía que eras su hija.

—Esto es muy loco, si fueras humano y no hubieses perdido comunicación con mis padres, podrías incluso haber sido incluso mi padrino. —Lo miro con horror—. Pero entonces eres mi... Bueno, lo que sea.

—¿Qué no somos novios? —Me sonríe divertido.

—Solo cuando hay humanos alrededor. —Ruedo los ojos.

—O sea que si me voy con alguna diosa o semi-diosa... ¿No te importaría? —Me pregunta divertido.

—No, no me importaría. Pero igual no lo hagas. —Le digo y comienza a reír—. Okey, aclarado el tema de mi papá siendo tu amigo y eso, ve mis dibujos.

Toma la libreta que le ofrezco y la revisa, no me habla mientras lo hace, sólo observa en silencio y luego me mira.

—Son buenos... Aunque te falta algo de práctica y ahora mucho más porque lo dejaste de hacer hace mucho. —Dice con sinceridad y me sonríe—, pero estoy seguro de que lo harás excelente.

—Porque yo soy genial —Le devuelvo la sonrisa—. Tengo que ir mañana a la universidad a averiguar todo sobre la inscripción y como serían las clases en línea. ¿Me acompañas?

—No puedo. —Hace una mueca—. Necesito resolver un asunto, Elsah te acompañará. Ahora vamos a ver una película, estoy aburrido y verlas contigo es divertido, pequeña mortal.

—De acuerdo, pero no una de terror, sabes que no me gustan. —Le digo y todo lo que hace es reír.


🌞.🌞.🌞


Luego de ver tres películas, cenar y obtener unos cuantos orgasmos para nada decepcionantes, nos fuimos a dormir. 

Ya amaneció y Apolo se fue hace unas dos horas, Elsah no llega aún y estoy sentada en la sala esperando por ella. Se me está haciendo tarde, tengo una cita programada con el director del plantel y no voy a llegar a tiempo si sigo esperando por ella, así que tomo mi bolso y luego de revisar que todo lo que necesito esté allí y dejarle una nota a Elsah, salgo de casa. Mientras camino alejándome en busca de un taxi, me digo que no debo tener miedo y que todo saldrá bien.

Tomo el taxi y le indico la dirección al señor, todo está resultando bien por los momentos, sonrío pensando en que por fin lograré cumplir mi sueño de terminar la universidad y en parte todo esto es gracias a Apolo, recuesto la cabeza a la puerta y me permito cerrar los ojos un momento, mientras llego a la universidad.

—Todo está bien, nada malo va a pasarme. —Susurro.

Pero supongo que a veces nos equivocamos y lo descubro cuando siento el golpe de mi cabeza contra el cristal de la puerta y luego el auto comienza a dar vueltas en la carretera, pierdo la noción del tiempo y cuando por fin todo parece detenerse lo único que puedo sentir es dolor, me cuesta respirar e incluso mantener los ojos abiertos resulta demasiado trabajo. Hago un esfuerzo y cuando lo consigo, sólo veo una sonrisa de alguien frente a mí.

—Se lo advertí, te lo advertí. —Dice soltando el cinturón de seguridad haciendo que caiga del asiento y me vuelva a golpear la cabeza, pero antes de perder la conciencia lo veo levantarse y alejarse entre la multitud de gente que ahora se encuentra alrededor del auto, al parecer nadie lo ve, pero yo sé que es real. Zeus estuvo aquí.


🌞.🌞.🌞


Me despierto en el hospital, pero no parece como estar despierta realmente, sólo soy consciente de que el doctor entra, revisa mis heridas, me da algo para el dolor y luego vuelvo a dormirme.

No sé cuánto tiempo ha pasado, no sé si son horas, días o semanas, sólo sé que Apolo no está aquí, me siento sola y desde que despierto hasta que me duermo, observo la puerta de la habitación esperando verlo, pero él no aparece. Mis amigos han venido, e incluso Elsah lo ha hecho, lo sé porque he sentido cómo peina mi cabello por las noches cuando me hago la dormida, entra invisible, no se deja ver, pero yo sé que está aquí.


***

Ahora sé que han pasado cinco días del "accidente" y hoy por fin podré ir a casa, Dothy está ayudándome a vestirme para podernos ir y Liam espera por nosotras fuera de la habitación, los demás no pudieron venir porque no pueden dejar de trabajar, sólo le dieron permiso a ellos dos.

—No entiendo porque ese novio tuyo no está aquí. Digo, no es que me este quejando de ayudarte, pero es que no entiendo. —"Yo tampoco" quiero decirle, pero en lugar de eso le regalo una pequeña sonrisa.

—Ya te dije que está fuera del país, quizás aún ni lo sabe, ya dijo Jackson que lo llamó y suena apagado su teléfono, quizás está muy ocupado.

—No voy a pelear contigo ahora, pero cinco días sin comunicarse no es sólo "estar ocupado" —"Lo sé", pienso.

Salimos de la habitación luego de tomar mis muletas y lo primero que escucho al abrir la puerta es la risa de Liam. Por lo que lo miro mal de inmediato, desde que me vio con estas cosas, se ha estado riendo de mí.

—Donde no te calles, te voy a poner la muleta en la cabeza, ridículo. —Le advierto y finge temblar.

—Es que la sostienes mal y pareces una cosa rara, Emma. —Dice cuando deja de reír y me enseña como usarla—. Listo, no más burlas... Por ahora.

Ruedo los ojos y lo ignoro mientras nos dirigimos a la salida y subimos al auto de Elizabeth, supongo que se lo prestó a Liam. Cuando llegamos a casa todo se encuentra en silencio y casi quiero llorar cuando entro a la habitación y la cama está desordenada, tal cual como la dejé antes de irme sola a esa universidad. Busco alguna señal de que Apolo haya estado aquí, pero todo está exactamente como lo dejé.

—¿Dónde estás? ¿Por qué no vienes? —Susurro a la nada y bajo a la planta baja cuando escucho a Dothy llamarme.

Tengo miedo de que algo le haya ocurrido, pero él es un dios, no pueden sólo hacerle daño así de fácil... ¿Qué está pasando? ¿Lo volveré a ver?

Prepara el discurso para cuando aparezca, mira que dejarte sola mientras estabas moribunda.

Y estoy de acuerdo con mi conciencia, me va a escuchar.

APOLO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora