CAPÍTULO 39: EL BAILE DE INVIERNO

1.7K 321 36
                                    







EL ATRAJEO DE ESA MAÑANA ERA PARTICULAR MOLESTO. Skala había caminado hasta la habitación de Alina apenas despertó y ambas se habían tomado largos minutos para actuar sus expresiones. La pelirroja comprendía la molestia que Alina debía sentir para con Genya, pero no podía demostrarlo, todo debía seguir explícitamente igual; la adorable Alina siendo radiante frente a su amiga de kefta clara. 

—¿Y... no puedes hacer uno de tus trucos si no, ya sabes, mi cara no se controla?— cuestionó Alina dándole una mirada brillante. Skala sonrió de lado. 

—Espero no tener que hacerlo—declaró —No es cómodo estar en la mente de otra persona— confesó. Se sentía una mosquita invasora cada vez que lo hacía. Aunque pensándolo bien, lo era. 

Cuando la puerta sonó, Alina se tensó. Skala le intentó tranquilizar y fue quién le dio la bienvenida a Genya, la cual, frunció ligeramente el ceño al verla allí. —Estuvimos tomando un té juntas, te facilitamos el trabajo hoy— se excusó la más alta. La confeccionadora sonrió abiertamente y entró en el lugar. 

—Bueno, agradezco eso entonces— declaró. Su pelo rojo estaba recogido en un gracil moño, y ante toda sorpresa, su primera acción fue mirarse en el espejo de cuerpo completo. —La verdad es que estoy increible— aseguró. Skala le dió una mirada a Alina notando sus facciones. Trato de entrar en su mente de la forma más calma posible.

— Estarías mejor si fuera más humilde— bromeó la Invocadora de Poder.

«Tus ganas de gritar se notan de aquí a Ketterdam, ¡control, Alina! »

Alina se sobresaltó ante aquella intromisión y le envío una mirada de sorpresa. Skala agradeció que aquello fuera suficiente para distraer su atención del hecho de que la Invocadora del Sol quería enfrentar a Genya a cómo de lugar. —¿Porqué no están cambiadas? — preguntó la confeccionadora.

—Nuestras keftas no han llegado aún— para su sorpresa fue Alina quien respondió con una calma impresionante. Se oía y se veía igual de amigable que siempre.

Genya asintió —Ah, bueno, es que los Hacedores están un poco desbordados con las malditas peticiones de la reina, pero de seguro que llegarán a tiempo — expresó antes de señalar el tocador —¿Quién irá primero?

Skala se ofreció.

— Pensé que estarías ayudando a la reina— aunque Genya no lo notó, hubo un ligero tinte en la voz de Alina.

—Mis habilidades tienes un límite. Su alteza a decidido que no asistirá al Baile, le duele la cabeza. ¡Ja! Fui yo quien pasó una hora arreglando sus patas de gallo — se quejó. Skala elevó una ceja mientras la pelirroja comenzaba a trabajar con su cabello dejándolo igual de reluciente que siempre que le tocaba.

—¿No asistirá?— preguntó al ver que Alina se había quedado extrañamente callada.

—¡Por supuesto que asistirá! Solo quiere que las damas se lo supliquen para sentirse más importante. Es el evento más importante del año, no va a perderselo por nada del mundo.

El evento más importante del año. Skala soltó aire.

—¿Nerviosa?— le pregunto Genya. La pelirroja lanzó una mirada hacia su amiga y sonrió de lado. Sí, pero no por presentarse frente a un montón de señores de alta cuna, si no por hacer bien el plan.

No quería meter la pata.

—Un poco. No sé muy bien porqué.

—Tal vez porque un centenar de lores estarán esperando para verlas por primera vez. — se mofó.

WICKED SAINTS | GRISHAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora