Capítulo 20

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–Ahora... ¿Crees en el amor?

–Con vos –hice una pausa- creo que estoy volviendo a creer y me asusta.

– ¿Por qué?

–Porque me hicieron mucho daño, no quiero decir que vos me vas a hacer algo pero -me besó callándome.

–Te entiendo perfecto, no tenes que explicarme nada.

–Te dije que me encanta cuando me callas con besos?

–Buen punto, es otra cosa que no sabía de vos.

–A ver, sacate todas las dudas.

– ¿Leíste la trilogía de Grey?

–Y vos para qué queres saber eso? –Pregunté- queres recrear una de las escenas?

–No! Solo por curiosidad, además creo que vos tenes más experiencia que yo.

–Pensas que porque tengo 20 años soy una rapidita? –Si me había molestado un poco ese comentario.

–No! En ningún momento quise decir eso.

–Es lo que también piensan Julian, Martín y todos los estúpidos que hay acá? –Me paré de donde estaba- Claro, la mayor de campamento a cuantos se habrá garchado! –Dije imitando voz de hombre- sabes qué Peter vete a la mierda!

–No Laa, perdón yo no.

–Vos no nada, lo diste a entender muy bien y para tu información soy virgen!

Realmente estaba enojada por ese estúpido prejuicio de por ser mayor estaba en la "obligación" de haber estado con alguien. Comencé a caminar muy rápido, casi corriendo, al parecer aun seguía con algunos mareos del malestar de ayer, en un momento sentía que mi vista se nublaba, mi cuerpo se adormecía, me aferré a un árbol y de pronto sentí que dos manos me sostenían y si era Peter.

–Soltame –le dije.

–Laa, no podes ni mantenerte parada, no me pidas que te suelte.

–Ayudame a llegar a mi cabaña –tenía razón de milagro estaba parada.

Me levantó en sus brazos y me llevó a mi cabaña, le di la llave, abrió y me dejó en mi cama, me sirvió un vaso con jugo de naranja de caja que sacó de la mini heladera.

–Gracias.

–Perdóname –me dijo- perdón por subestimarte así, no pienso que sos una rapidita, te pido disculpas si se entendió eso.

– ¿De verdad pensás que yo ya -hice una pausa- yo ya eso?

–Ahora sé que no, te pido perdón por eso, te voy a pedir perdón las veces que sea necesario, sé que te falté el respeto.

–Por lo menos lo admitís y reconoces que te equivocaste, no voy a mentirte como viste me enojó que tengas esa imagen de mí, pero ya está supongo que es la imagen que doy por tener 20 años, ya te conté parte de mi historia, así que faltas vos, que decís que no sabes muchas cosas de mi vida pero yo tampoco sé tanto de vos, solo sé que Juan Manuel es tu hermano, nada más.

–Ok, tengo 17 años cumplo el 24 de agosto, tengo dos hermanos mayores, Juan Martin y Juan Manuel y un hermano menor Juan Bautista, si tuve una sola novia en mi vida, Jenny Martinez, era la época en la que todos estaban de novios y bueno, es una chica un tanto rara, hippie, hablaba de la vida y qué se yo.

–Y ¿Qué le viste? 

–Que estaba buena –dijo riendo- nah joda si me gustaba pero no tanto como para una relación pero era a los 14, 15 como estar con alguien por moda.

– ¿Vos cuándo decidiste dejar esa moda? –pregunté.

–Yo recuerdo que terminamos, porque se puso celosa de la mina que te dije que me tiraba onda.

–Típico de nenita de 15 años, pero seguís hablando con ella?

–Estaba en mi clase pero ya no pasa nada.

–Mejor.

–Ah pero celosa resultaste.

–Obvio, digo ya no estoy para que me anden histeriqueando eso si te aviso.

–Las histericas son las mujeres, los hombres no.

–  ¿Perdón? Los hombres son igual o más histéricos que las mujeres, te informo.

Pasamos la mañana hablando, cada tanto entraba Rodrigo para saber cómo estaba y a la hora del almuerzo nos trajo platos de fideos y algo de postre y de tomar.

–Ok ricos los fideos pero esto y esto –apuntando el jugo de no sé que y el postre- horribles.

–Como si no me conocieras por favor! –se agrandó pero mal.

–A ver, señor misterioso, sorprendame.

–Espera –sacó una pequeña mochila de algún lugar misterioso- Coca Cola, Pringles y Kit kat.

–Ok, el Kit kat, si sabías pero Coca cola y Pringles y de cebolla, sé que es un toque raro pero me encantan! Pero cómo sabías?

–Hice mis averiguaciones.

–Ay no vale, vos me sorprendes y con cosas que me gustan y yo no sé con qué ni como.

–Ya te lo dije una vez, a las mujeres hay que sorprenderlas.

–En algún momento del día dejas de ser tan tierno? –lo besé.

–No soy tierno! –se quejó.

–Ay tan tierno te pones cuando te enojas.

–Basta no soy tierno.

–No, no sos tierno, sos RE tierno.

–Lali –dijo algo enojado.

–Qué? –reí- decis Lali –imitándolo- como si fuera a cambiar de opinión.

–Qué voy a hacer con vos? –preguntó cansado.

–Quererme obvio, o capaz mandarme a la mierda –reímos- cuál elegís?

–Quererte más de lo que lo hago sería un exceso.

–Y así no queres que te diga tierno.

–Sé que es muy pronto y recién estamos juntos hace 2 semanas y que te prometí algo más formal pero...  ¿Querés ser mi novia?

¿Realmente amor? COMPLETAWhere stories live. Discover now