Capítulo 40

1.2K 66 0
                                    

8 de marzo


–Bueno, primero que nada les quiero dar las gracias a todos por haber pasado estos dos meses acá, sé que haber pasado un verano entero acá privándose de varias cosas no es nada fácil y los reconozco por eso y bueno antes de pasar con lo último por mi parte, porque estoy seguro que sus líderes también tienen algo que decirles les digo que para mi fue un honor haber compartido este verano con ustedes.


Esas fueron las palabras de despedida de Renato, estábamos todos con los sentimientos a flor de piel, no por lo que dijo el boludo, sino por que eran los últimos momentos todos juntos.


–Dale dale que no decaiga chicos! —decía Julian abrazando a Oriana- las despedidas son jodidas, pero pensemos en que nos vamos a volver a ver.


–Si, eso el negro tiene razón no es el fin del mundo, chicos dale! —dijo Euge.


Los chicos nos ayudaron a sacar nuestras cosas de la cabaña para subirlas al bus para regresar a Buenos Aires.


–Muy loco no? —Me dijo Julian.


–Te acordas como te putié cuando nos conocimos? —reímos.


[ –La puta madre pendejo de mierda! -dije muy sacada.


–Perdón! -me ayudó a levantarme- Perdóname no te vi, pero tampoco para que me digas así eu! Julian Serrano, un gusto.


–Mariana Esposito, dime Lali.]


–Claro que después quedaste enamorada de mi pero preferiste al pelado.


–Y vos a Ori —reímos- che me encantó conocerte, sos un gran pibe te quiero mucho.


–Yo a vos peque —me abrazó.


– ¿Me tengo que poner celosa? —jodió Ori acercándose.


–No seas boluda Orito, vení —se acercó a nosotros- no quiero que vuelvas a dudar eh, él es tu chico, negro eso si pero él, no mi hermano —reímos- te quiero boluda.


–No vale, ya lo sabía la queres más a ella que a mi —se quejó Eugenia.


–Ay está celoosaa —dije jodiendo- vení china! Las quiero a las dos!


–Que esto no se rompa porque las mato —dijo Ori.


–Más que prometido —nos abrazamos.


Seguimos hablando, se nos sumaron Martín y Peter, ninguno de nosotros nos queríamos ir pero... Todo concluye al fin, nada puede escapar dice la canción no? Nos despedimos de los nenes, Delfina nos abrazaba a mi y a Julian y lloraba, no había cosa que me partiera más el alma que verla llorando.

Estábamos ya saliendo del área de las cabañas y pasamos justo por la que nos conocimos las tres.


¿Realmente amor? COMPLETAWhere stories live. Discover now