CAPITULO 12

760 78 20
                                    

Nicolas Price.

Corría tan fuerte como podía, pero mis piernas se cansaban, haciéndome tambalear. Intentaba levantarme pero estas no se movían por lo que comenzaba a arrastrarme. El lobo venía detrás mío, escuchaba sus fauces cerrarse una y otra vez a mis espaldas, intentando alcanzarme. Su aliento parecía hervir, como si su hocico fuera la entrada al mismo infierno. Me giraba para mirarlo, encontrándome sus ojos color carmín fijos en los mios. Su melena blanca comenzaba a crecer tanto que me envolvía en ella, jalandome hacia el lobo. 

-No!.- gritaba tan fuerte.- Suéltame.!.- con cuchillo en mano cortaba su pelaje. Pero se enroscaba alrededor de mi cuerpo como una enredadera que cobraba vida. El enorme lobo blanco abría el hocico esperando a devorarme….

-No!!.- grité abriendo los ojos. 

Escuchaba el latir de mi corazón en mis oídos. BUM BUM!. Trague saliva y limpie el sudor de mi frente. Mire a mis compañeros a mi alrededor. Todos tenían la misma expresión de miedo combinado con adrenalina.

-Solo fue un mal sueño viejo.- David me dio un codazo en el costado.

-Si.- solté el aire.- Uno muy jodido.

-FRANCOTIRADORES Y EQUIPO A!.- El Gobernador Lachlan alzó la voz para hacerse oír por encima del rugir de los motores.

-PREPÁRENSE PARA EL ATERRIZAJE!. ¡EL GENERAL MAYOR IRA CON USTEDES COMO CABEZA!.- continuo.-ESTAMOS EN LOS LÍMITES DE ARCADIA. EL LUGAR DONDE SERÁ EL NACIMIENTO SE TIENE ESTABLECIDO EN LA CASCADA LLAMADA GEA, A DOS HORAS Y MEDIA DE AQUI!.

Un ligero golpeteo en la bodega del avion nos hizo saltar en nuestros asientos. Habiamos aterrizado en un espacio dentro del bosque lo suficientemente grande para que el helicóptero no tuviera problema alguno. No podríamos haber hecho salto en paracaidas debido al traje ghiliie. El maldito pesaba más de veinte kilos. La alarma se prendio iluminando la cabina de color rojo.

-AHORA!!.

Mis compañeros desaprovecharon sus cinturones y en formación empezaron a salir del avión, para comenzar a correr a trote. David se levantó y salió detrás suyo. Alrededor de 35 hombres nos dirigimos hacia Arcadia, después de un rato el sonido de los motores se perdieron en la distancia, solo se escuchaba el golpear de nuestras botas sobre la tierra así como el crujir de las ramas. Sabía que los refuerzos no tardarían en llegar, solo era cuestión de minutos. 

-Escuchas eso?.- preguntó David colocándose a mi lado.

-Que?.- pregunte

-Exacto!.- dijo mirando hacia las copas de los árboles.

Preste atención. No había aves cantando, ni siquiera el aire soplaba. En unos minutos seria la puesta de sol y no se escuchaba ningún sonido más que nuestra respiración y movimiento de nuestros cuerpos.

-Algo no está bien hermano.- dijo nervioso.

Mi agarre alrededor del rifle se hizo mas fuerte.

Barbara Pirvu.

Su miedo se movió por todo mi cuerpo como si fuera mio. Desperté en un segundo para salir con dirección al trono.Los dos guardias custodiaban las puertas dobles, formando con sus lanzas una X sobre ellas. 

-Vengo a verlo. Déjenme pasar.

-No.- contestaron al unísono.

-Es un mensaje importante.- respondí.

-Es casi la hora de su alimento.

-Si no me dejas entrar me asegurare de que seas tu quien calme su hambre.- miré al guardia directo a los ojos. No bromeaba.

LA ALPHA: ÉXODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora