Un Tono Inusual [+18]

Capítulo VI

El miércoles alrededor de las once de la mañana decidí ir a la cafetería a comprar algo para desayunar, aprovechando que mi profesor de economía no había podido asistir a impartir su clase.

Debido a que todas mis clases eran corridas de siete de la mañana a dos de la tarde y en ocasiones no tenía chance de probar bocado, porque tenía que cruzar casi media universidad para llegar a la cafetería y mejor en ocasiones hasta que terminaba mis clases compraba algo para ir comiendo de camino a casa.

El hambre había empezado a calarme un poco pero sólo decidí tomar una leche en chocolatada pagué por ella y di gracias a la cajera di media vuelta y salí de la cafetería seguí caminando hasta llegar a una de las pequeñas bancas que están en un área un poco más alejada no suele haber tantas personas la mayoría de las veces que he ido, aunque es un lugar muy bonito es un área verde rodeada de sácate verde y uno que otro árbol aportando sombra.

Saque mi libro, hoy comenzaría a leer “la reina roja” era uno de los libros que mi madre solía traerme de sus viajes bueno más bien a petición mía ya que ella decía que debería leer libros relacionados con mi carrera o que me dejaran alguna enseñanza, pero esos no eran de mi agrado prefería otro tipo de libros completamente diferente.

Coloque una alarma cinco minutos antes de mi siguiente clase porque solía pasarse muy rápido el tiempo cuando leía y no quería llegar tarde a mi clase. Así que sin más comencé a leer, entrando en la lectura y perdiéndome en ella mientras bebía de mi envase de leche en chocolatada.

 -¿Qué es lo que estas leyendo?

Fue inevitable el pequeño respingo que di en mi asiento, pero aun así en un movimiento torpe termine derramando el contenido de mi envase en la pequeña mesa, pero por suerte no callo en mi libro porque quizás me hubiese vuelto loca ya que cuido de mis libros siendo lo más sagrado.

Dorian se apresuró a mi costado tratando de limpiar un poco en área haciendo que con una de sus manos empujar el líquido para que cayera al suelo y no siguiera expandiéndose.

-En verdad lo siento no era mi intención asustarte. -Aunque podía notar como en su voz había un poco de gracia porque por más que lo tratara de reprimirlo era claro que no podía ocultar una clara sonrisa que luchaba por escapar.

-Bueno eso es lo de menos, ahora me debes una leche en chocolatada.

-Oh bueno pues a ti te la puedo dar como la quieras. -Estaba más que claro lo que había tratado de decirme en un doble sentido porque en su cara solo podía ver como su sonrisa estaba tan enganchada mostrando cada uno de sus dientes, pero aun así no quitaba ese toque de picardía que emanaba sus gestos.

Por mi parte no sabía que decir o cómo reaccionar, pero lo que si estaba completamente segura era que el color de mis mejillas ahora era completamente de un color rojizo porque podía sentir como hasta ardían de lo tibias que probablemente estaban haciendo lucir el sonrojo.