Negras: rey d6

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La sirena ya hacía unos minutos que había enmudecido. El automóvil rodaba ahora a velocidad moderada, porque el Popes se hallaba a la vista. Choi se preocupaba más de buscar un lugar donde estacionar que de otra cosa.

—Esto está lleno— rezongó.

—Pues me gustaría estacionar cerca de la entrada, para poder vigilar la puerta sin tener que bajar del coche— repuso Kim Namjoon.

—Ya.

Sólo le faltó agregar: «¿y qué más?».

Rodeó una parada de autobús en la que ya hacían cola un puñado de chicos y chicas, muy vistosos. Les echaron una ojeada distraída y el oficial volvió a pensar en su padre, en lo que le decía cuando él iba de hippie, o lo pretendía, con el cabello largo y las ropas psicodélicas. Fue un pensamiento fugaz.

—Claro, ahí no vamos a poder entrar— manifestó Choi mirando la discoteca —Cantaríamos como una almeja.

—Ya sabes que el noventa por ciento del trabajo policial consiste en perder el tiempo, pero el diez por ciento restante depende casi siempre del noventa por ciento primero.

—Todos esos coches no pueden ser de los que están ahí dentro, ¿verdad?

—No, porque son menores, pero las motocicletas sí— le señaló un pequeño bosque lleno de vehículos de dos ruedas.

—Bueno, ¿qué hago?

—Choi, ¿quiere que piense yo en todo?

—Para algo es el jefe, ¿no?

A veces le hacía sonreír, aunque no tuviera ganas, como en ese momento.

—¿Y si llamamos por radio a la grúa para que se lleve uno de estos coches?— propuso Choi Yeonjun.

Campos de fresas [Yoonmin]Where stories live. Discover now