Capítulo 49: Si hubieras confiado en mí.

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Cuando el demonio de Thien abrió nuevamente los ojos se encontró con el rostro preocupado de Finlay a pocos centímetros frente a él. Sus ojos grises estaban algo enrojecidos y su mano tibia se aferraba a la suya. Sus ropas brillaban en color rojo se mezclaban con algunos trazos blancos.

Lo miró en unos segundos en silencio sin decir nada. Finlay le devolvió la mirada mientras se mordía suavemente el labio inferior, su expresión se veía sombría y su rostro estaba algo pálido y cansado. Finalmente se armó de valor y preguntó casi en un susurro:

–¿Cómo te sientes Brent?

Brent todavía lo miró un poco más antes de buscar su propia voz. No sabía como responder a esa pregunta realmente, su cuerpo se sentía completamente distinto como si hubiera renacido de nuevo, estaba algo débil y cansado como jamás lo había hecho y sentía bastante dolor en el pecho, bajó un poco la cabeza, las antiguas heridas que habían sido hechas con el agua de manantial hace ya varios días ahora le dolían bastante, incluso mucho más que cuando se las había hecho. Pero sabía que su dolor no se debía sólo a esas heridas.

Su cuerpo se sentía un poco más pesado que de costumbre, de repente, lo recordó: El no debía estar ahí, se había autodestruído, comenzó a hiperventilar mientras se sujetaba el pecho ¿Qué estaba pasando? ¿Adónde estaba? ¿Por qué Finlay estaba allí? ¿Acaso había muerto también?

Mientras intentaba respirar algo de aire que no conseguía llegar a sus pulmones. Finlay lo incorporó por los hombros, alarmado –¿Brent? Tranquilo, todo está bien, es seguro, estamos bien.

–¿Dón...? ¿Dónde...? – logró susurrar el demonio con la voz quebrada.

–Estamos en una posada en el bosque, cerca del pueblo Dianle– susurró y luego bajó un poco más la mirada.

–¿Tú...? ¿Cómo? – Brent se esforzaba por meter aire a sus pulmones, su rostro se veía bastante mal, había adquirido incluso una coloración azulada, se inclinó un poco hacia adelante en un intento desesperado. Finlay que aún no lo había soltado lo ayudó a incorporarse mientras le sobaba la espalda con suavidad.

– Te lo diré todo Brent, lo diré, pero por favor, no te esfuerces más, tienes que recuperarte –Brent inspiró profundamente intentando ganar un poco más de aire y finalmente asintió, se sentía tan débil que apenas podía levantar la cabeza. Finlay comenzó a hablar despacio, como si quisiera borrarse de la tierra – Mi padre fue el primer ser humano en lograr crear esos soldados marionetas que tiene la casa estrellada, Brent. Mi propio padre tiene la culpa de todo esto que está pasando sobre la tierra. Cuando descubrí lo que le había hecho a tu familia, cuando descubrí quien eras, creí que no sería capaz de soportarlo, entre todos yo, había tenido el descaro de decirte que te amaba de pedir tus sentimientos ¡El hijo de tu asesino! ¡Era el hijo de la persona que te había matado a ti y a tus padres! No merecía nada y aún así seguía intentando aferrarme a ti, sin derecho alguno, sabía que Mayra iba al palacio a cobrar cuentas conmigo y no sabía qué hacer Brent, no sabía qué hacer, entonces tu maestro me dijo que él podía liberarte... si haciamos un trato. Sabía que tendría que ser yo quien se hiciera cargo de todo el mal que había hecho mi propia sangre sobre el mundo, aunque había decidido que no tomaría los mismos caminos equivocados que mi familia, cuando estabas en las puertas de la muerte no tuve opción Brent ¿Qué mas podría hacer? Sabía que lo descubrirías y no querrías ver mi cara nunca más, así que pedí tu libertad a cambio de la cadena de Lúa.

Brent había abierto mucho los ojos con alivio, Finlay no había cambiado su alma después de todo, era libre. Pero Finn malinterpretó la mirada de Brent, pensó que estaba algo decepcionado al respecto, sintió su estómago apretarse un poco –Sí, ya lo sé por supuesto habría sido mas justo que pagara vida con vida, pero Brent. aún tenía algo que terminar, tenía que arreglar el desastre que cometió mi padre, tenía que devolver un poco la juticia. La casa Biang fue poderosa todo este tiempo ¿Sabes? Y lo era porque teníamos ese secreto bajo la manga, nadie se atrevió a molestarnos en todos estos años por lo mismo y entonces cuando mi padre se marchó...Todo el mundo quería conseguir lo que teníamos. Seguramente te preguntarás porqué salté por el Kinimas... fue idea de tu maestro, abrió un portal. Me dijo que me ayudaría, si lo ayudaba a borrar al palacio estrellado, que fingiera mi muerte y que los atacaríamos por sorpresa, pero quién iba a saber que esos tipos fueron directamente por el demonio de Ayla antes de que pudieramos concretar un plan. No me dejó ayudarle Brent, me envió directamente con Dane, que comenzó a colonizar el infierno inferior. Siendo un demonio puro le correspondía el lugar de tu maestro, la verdad es que no sabía esas cosas, pero finalmente me quedé a su lado, había prometido terminar lo que comenzó tu maestro y a su lado tenía muchas opciones de hacerlo. Además... sabía que a esas alturas tú ya sabrías toda la verdad– Finlay finalmente levantó los ojos, sus ojos grises bañados en desesperación– Pero Brent incluso aunque me odiaras, no iba a ser capaz de estar sin ti, mientras más pasaban los días, me iba dando cuenta de cuán dificil era cada minuto que no estabas a mi lado, me marché en un intento desesperado de limpiar un poco mis pecados, quería terminar con el palacio estrellado, terminar con todo el mal que había hecho mi padre y volver a ti, sé que nunca podré borrar todo el daño que te hice, pero aún así descaradamente quería rogar por tu perdón, sé que no merezco estar a tu lado Brent... sé que no debería siquiera querer aparecer frente a tus ojos pero yo... Yo no quiero vivir sin ti a mi lado.

Los trazos de su almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora