Capítulo 66: Sólo un ser humano.

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Kairan dejó el palacio estrellado y decidió enterrar a su padre junto a su madre. Cuando se había separado de Finn y Brent no se había atrevido a enfrentarlos y mirarlos a los ojos, sin embargo, tenía numerosos sentimientos encontrados y sinceramente no quería hacer a nadie partícipe de ellos, después de todo, siempre había sido del tipo de persona que arreglaba sus problemas solo.

Kairan había escuchado a Brent repetirle a Finlay una y mil veces "no es tu culpa", sin embargo, necesitaba a alguien a quién culpar de sus desgracias y dado que ya había asesinado al que mató a su padre y también había matado a Elio Biang, la única persona que le quedaba disponible era Finlay.

Pero sabía que no había manera de que pudiera odiar a su mejor amigo. Era su familia, su persona.

Y tenía que reconocer que estaba realmente herido, pero Kairan había sido criado por Rylee Praveen que le había enseñado a resistir todas sus tristezas por su cuenta, por ende, había aprendido desde pequeño a reprimirlo prácticamente todo. Tenía que ser fuerte para cuidar al futuro líder de la casa Biang.

Había recorrido un buen tramo de un camino algo solitario en medio de la noche cuando recordó que no había devuelto la llave que le había prestada la chica.

A.ESA.CHICA.

Casi quiso soltar una maldición cuando lo recordó ¿Por qué su suerte seguía siendo tan mala? Sin embargo, se devolvió por el camino y se dirigió nuevamente hacia la ciudad, iba a pagar sus deudas y luego desaparecer por ahí, vivir en una cueva, cualquier cosa que le permitiera borrarse de la tierra por un par de años.

Era un camino ligeramente montañoso, sin la espada de la tormenta verde, ahora estaba completamente indefenso, pensó en lo absurdo que sería ser atacado y morir ahí por no tener un arma y casi quiso soltar una carcajada.

–Seguro puedes llegar a ese punto Kairan Praveen, por supuesto que algo así te pasaría a ti– gritó al aire. Estaba completamente solo, pero de alguna manera, parecía alguien que iba por ahí buscando problemas al azar sólo por el simple hecho de discutir con alguien.

¡Y Finlay no lo había seguido! ¡Había respetado total y completamente su decisión! ¿Qué le pasaba? ¿Acaso su amistad de casi 30 años no valía nada para él? Sabía que estaba siendo un idiota irracional, pero aún así, no podía evitar ese sentimiento amargo de no haber sido perseguido ¿Qué estaba esperando? ¿Qué le rogaran por perdón?

Iba ya casi llegando al camino que llevaba hacia el mar, cuando sumergido completamente en sus pensamientos, chocó con un par de tipos, levantó la vista furibundo, listo para soltar un par de palabras a esos imbéciles, que teniendo todo el camino habían elegido chocarlo, cuando se dió cuenta: Si no eran idiotas que como él, estaban buscabando problemas, no había forma que otro ser humano estuviera caminando por esa ruta solitaria a plena noche.

Y tal como lo esperaba eran un par de demonios menores. Iban vestidos de negro y tenían una apareciencia humana levemente descompuesta, seguro sus poderes no les alcanzaban para modificar su aspecto, por eso debían estar desesperados por conseguir un alma.

–¿Qué haces aquí tan solitario humano? Seguro estás aquí porque tienes problemas, viniste al lugar correcto, somos muy poderosos ¿Qué te parece 10 años de riquiezas a cambio de tu alma? Seguro nunca has visto un par de seres tan poderosos como nosotros, pero no tengas miedo, somos buena gente.

Kairan estaba a punto de soltar una carcajada "dos seres tan poderosos" habían dicho.

–Son ustedes los que seguramente nunca han visto alguien como yo– dijo llevándolo la mano a su cintura para luego recordar que no tenía su espada, así que simplemente, como quien no quiere la cosa le lanzó un puñetazo en la cara a uno de ellos, lo que hizo que el otro se lanzara inmediatamente sobre él.

Los trazos de su almaNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ