Capítulo 63: Los trazos de Finlay.

5 1 0
                                    

Finlay presionó su palma contra el suelo y se dio cuenta de lo difícil que iba a ser volver a ponerse de pie. Sin duda, la espada demoniaca había terminado por cobrarle las últimas fuerzas que le quedaban y su visión comenzó a volverse lentamente borrosa.

–Finlay– la voz de Brent lo llamó conforme se perdía en esa oscuridad y el aludido pudo verlo allí cubierto en sangre mientras lo observaba con una mirada alarmada. Quería responderle, decirle que todo estaba bien, pero ya no podía hacerlo.

Brent apenas se preocupó de la herida sobre su cuerpo, simplemente la selló con un movimiento rápido, conforme intentaba avanzar hacia Finn que yacía inconsciente sobre el suelo ignorando completamente la amenaza de Nao. Por un segundo pensó que había sido herido sin que lo notara, luego se dio cuenta de que no había ninguna herida sobre él.

Nao soltó una risa mientras lo seguía con tranquilidad y movía la espada hacia su cuello.

Sin embargo, muy en su interior sabía que se preocupaba por él. A pesar, de que se había jurado odiar a la casa Biang, desde el primer minuto en que lo conoció, Finlay fue con él como ninguna otra persona lo había sido, completamente auténtico, lo había escuchado, habían bromeado y compartido partes de su vida y, aunque sólo fue por poco tiempo, le tenía una gran estima. Era para él, lo más cercano que tuvo a un amigo en 7 años. Y por supuesto que no tenía intención alguna de lastimarlo.

Incluso, cuando el palacio estrellado se lo había llevado, había hecho una locura sin precedentes y se había aliado con el demonio de Thien para ir a salvarlo. Aunque su odio por Eiden Hanne era bastante alto, su desprecio hacia esas ratas demoniácas del palacio estrellado era aún mayor, estuvo esperando el momento perfecto tantos años... Finlamente cuando no tuvo que opción que tomar un bando y aparecer al lado del demonio de Thien en el palacio estrellado para rescatar a Finlay causando no sólo el asombro de Zian, sino también de su hermano que no había visto por casi 3 meses, por supuesto que no iba a dejar que esto terminara así, utilizó a Elio Biang para que diera fin a lo que el mismo quería hacer desde que se enteró que clase de basuras eran aquellas. Los mato prácticamente a todos, no iba a dejar que hicieran nigún movimiento en su contra o en contra de Finlay nuevamente.

Mirando a Finlay, viendo lo puro que era, aún aferrado a ese pecador de Elio Biang y al asesino llamado demonio de Thien, en ese instante casi pensó en retroceder, los últimos años de su vida habían sido un sin fin de odio y venganza, era tan cansado, de repente sintió que había pasado demasiado tiempo, ya todo el mundo había muerto ¿Qué importaba? Pero había hecho una promesa por todas las personas que murieron frente a él, iba a terminar con todos los demonios, ese había sido el objetivo de su familia por generaciones y ahora estaba demasiado lejos para retroceder ya estaba a punto de terminarlo todo. Soltó un supiro mientras miraba al chico y luego dijo en voz baja:

–Ah, joven Biang, qué lástima que no sea tan egoísta como su padre. Sin duda haberle dado la mitad de su alma al demonio de Thien no es algo que pueda despreciarse completamente aún si la familia Biang es totalmente reprochable ¿No lo crees Eiden? Sin embargo, el precio es demasiado alto.

–Mierda... – maldijo Kairan entre dientes, estaba prácticamente seguro de que Finlay no había tomado la medicina que le había preparado Dane desde la noche anterior y aquello era indispensable para que pudiera seguir viviendo.

Brent se quedó unos segundos en silencio, incapaz de reaccionar, aquello no podía ser verdad el daño que algo como eso podría hacerle a una persona era irreparable, no podía ser él, no podía ser él también quién terminó por matar a Finlay, aquello no podía ser verdad. Se inclinó e incorporando a Finlay de los hombros lo atrajo entre sus brazos y sujetó contra sí. Nao soltó una risa sin bajar la espada mientras lo miraba con algo de curiosidad en sus ojos.

Los trazos de su almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora