IDOL

ANTONYM : 48

Tomo su mano y me jala sin importar que vallamos descalzos a la entrada del dormitorio, salimos así hasta llegar al estacionamiento, subo de copiloto, el se limita a salir rápido del estacionamiento.

No se a donde voy con una persona con la que sigo molesta. No dice nada en el camino, me concentró en jugar con mis pulgares intentando olvidar la mezcla de recuerdos de hace un momento contra los de meses atrás.

¡Y tu tiempo se acabó! Ese niño es muy tonto es muy tonto, es muy tonto, se parece a su papá.

Jimin me mira de reojo mientras acelera más el auto, no se si sea legal ya la velocidad a la que va pero no me importa, no lo que debería importarme ahora.

Se detiene en un viñedo. Es realmente hermoso el campo. Se sienta en el cofre y me hace señales para que haga lo mismo. Mis pies sienten el pasto, recuerdo que ninguno de los dos se puso sandalias al salir.

Solo me recargo y guardo silencio. Mientras mi mente sigue con la canción de las piñatas. Sacudo la cabeza como si de un mosquito se tratara.

- ¿Estas bien? -

- La situación es horrible -

- Pero aceptaste venir conmigo -

- y ya me arrepentí -

- Alexa, perdón... yo, siempre fuiste mía, siempre estuviste conmigo y para mi. -

- Tuya la mugre debajo de tus uñas - me separó del auto - ¿que te dio el valor de destruir la confianza entre nosotros? ¿por....? - no quiero hablar con el y seguir escuchando los ruidos de su habitación   - por alguien que no... ¡Por él! -

- Lex - trata de tomar mis manos.

- ¡No! , pisoteaste y exterminaste, porque fue un exterminio lo que hiciste con nosotros, todos los  años de cariño, las risas y los abrazos, todo los bonitos y también los malos recuerdos por... ¿Celos?, ¡carajo!, se siente mal estar contigo ahora y nunca había pasado, nunca contigo.  - señaló su lugar mientras las lagrimas salen y salen, y salen más que creo poder regar estos campos sola. - Y pienso tanto en las noches preguntándome como arreglar esto - nos señaló a ambos - porque... tengo miedo de perder a alguien más. Ya no quiero llorarle a nadie más. Ya no quiero preguntarme si todo es mi culpa, ya no quiero que el universo me consuma en incertidumbre una vez más. -

El también está regando el campo con las lagrimas que caen en sus mejillas. Mira al cielo para que caigan menos o para que no salgan pero falla.

- Mírame, ¡mírame! - lo hace - Yo sabia que podía hacer todo, dejar una distancia enorme entre nosotros por trabajo y estarías ahí, eras mi hogar, mi punto de partida, pero ahora me siento sola porque la confianza entre nosotros ya no esta y me aterra la idea de seguir sola sin ti, quien toma mi mano en peores momentos, justo lo que hiciste hoy, porque puede que la confianza ya no esté pero mi cariño sigue ahí. Y  lo hace aún más doloroso. -

- Perdón - limpia las lágrimas con sus brazos cual niño pequeño. Imbécil adorable.

Pero es cierto, se siente incomodo, algo no encaja más entre él y yo. No por ahora.

Nos quedamos otro rato llorando en silencio. Nos quedamos hasta el atardecer por respeto al señor sol y a las uvas que vieron el espectáculo.

- Se que no hice nada bien, pero eres parte de mi, mis modos de cuidarte no son buenos porque nunca tuve que enfrentarme a nadie por ti, porque puedes con todo y si no, me buscabas, pero no lo hiciste, también me sentí desplazado -

- Pero nunca hice nada que te perjudicara... - mi voz sale rota de mis labios. - nunca a propósito y siempre traté de cuidarte a costa mía - lo miro porque sabe que si se empieza algun rumor sobre él, mágicamente sale uno mio y cubre al primero restándole importancia, ahora pendo de un hilo que no se cuanto tiempo pueda durar estable.