𝙋𝙚𝙧𝙙𝙚𝙧

44 3 0
                                    

Traté de no tomarle tanta importancia, créeme que lo intenté, pero cada minuto, cada segundo, todo el tiempo era pensar en eso. Nunca estuve seguro que fue lo que es; si era el hecho de que jamás me hubiera imaginado que me dirías que te gustara alguien o que fuera de San.

Me quise despejar y eso hice, pensar en eso no me haría bien, pero desgraciadamente no podía hacerlo del todo, ahora tenía una gran responsabilidad y tenía que encontrar el momento perfecto para decírselo.

Agradecí que nos reuniéramos, era muy común que lo hiciéramos, no dudé ni un segundo en tomarlo como una oportunidad. Tomé a San desprevenido y le dije que tendría algo importante que decirle.
Estaba muy tranquilo, no voy a negar que era porque no quería darle gran importancia, quiero decir, es algo muy fácil, solo tenía que llegar, decírselo y ya está, lo demás ya no sería algo en lo que tendría que estar involucrado, no debía importarme.

San me vió más que preocupado, se que estaba asustado, e incluso casi me abraza al instante cuando me dijo que lo estaba asustando. Siempre era así, se que San me quería mucho, tanto como yo a él y siempre me escuchaba con tanta atención, sin importar si solo decías tonterías absurdas o hablaba de algo que era serio.

La tensión del momento cambió en cuanto mencioné aquellas palabras, fue como si las hubiera dicho en modo automático, pues las solté como si no valiera ni un poco para mí el sentimiento tan importante que cargaban, por un momento, cuando ví su rostro quedar sin ninguna expresión, ningún gesto, pensé que había dicho algo totalmente diferente, e incluso nada.

Pero sonrió, sonrió tan contento, con un brillo en sus ojos, lo hubieras visto, estaba tratando de no demostrar lo feliz que estaba ante mis ojos, su sonrisa era tan brillante y grande, nunca lo había visto así, enserio, en ningún momento de todos esos años que éramos mejores amigos había visto esa expresión en su rostro.

Entonces caí en cuenta, finalmente lo entendí. ¿Por qué fui tan tonto? No eran bromas, en ningún momento San bromeaba cuando decía en frente de todos que eras tan lindo, las bromas, su forma tan atenta y la manera en la que se te acercaba para poder abrazarte, darte besos en la mejilla o cualquier caricia en tu cabello. Eran indirectas bastantes directas cuando decía que eras tan precioso que hasta desearía que fueras su novio, le gustaba verte sonrojado por lo atrevido que era contigo.

Puedo justificarme, sabíamos que él era así, pero jamás que contigo era diferente. Eran miradas de amor, gestos de cariño con intenciones intensas que yo no supe entender, o tal vez, no quise hacerlo.

Ese día caí en cuenta que San estaba enamorado de ti desde hace tiempo.

Pero también, ese maldito día descubrí que yo estaba enamorado y que ya había perdido contra él.

自私 • 𝕾𝖊𝖑𝖋𝖎𝖘𝖍Where stories live. Discover now