𝙂𝙧𝙖𝙘𝙞𝙖𝙨

38 1 0
                                    

¿Sabes? Todo ese tiempo en el que simplemente me dediqué a observar como su relación se reforzaba cada día más, como si fuese un árbol que se amarraba fuertemente a la tierra con sus raíces, aunque me hizo sentir cada día más acabado y sin esperanzas, me sentí finalmente tranquilo. Me sentía como un masoquista; acepté después de un gran momento de dolor que así iba a ser y no había más remedio. No quería dañar a ambos, no quería ser más un egoísta, no quería arruinar la felicidad de quienes eran mis dos mejores amigos y arruinar esa misma amistad que nos mantenía juntos. Siempre había dejado mis sentimientos al final y mira, volví a hacerlo, después de un largo tiempo decidí sanar mi corazón roto. Después de tanto dolor, de haber dejado pasar tanto tiempo hasta que finalmente fue demasiado tarde, decidí simplemente dejar las cosas como estaban.

Ese final feliz no era para mí y jamás lo sería, así lo aprendí y dedujé en aquel momento, pero si ambos eran tan felices, entonces mi corazón se quedaría tranquilo.

Recuerdo a la perfección el día dónde teníamos una pequeña reunión en casa de Mingi; yo solo veía aburrido a HongJoong y al pequeño -no tan pequeño- Jongho charlar animadamente, totalmente contrario a mis ánimos que estaban enterrados tres metros bajo suelo, casi llegando al infierno, en realidad. No me incluía tanto en la conversación, si bien, me sentía mejor pues mis sentimientos estaban más tranquilos, no tenía bastantes ganas de nada, de hecho, aquella noche me plantee varias veces el haber ido, yo solo era como la presencia de un zombie en vez de aquel juguetón y gritón Wooyoung que todos conocían y amaban.

Al otro lado estaban los demás, lo recuerdo casi vívidamente; los había visto varias veces de reojo, pues a pesar de que no quería ver lo que mis necios ojos sabían que iban a lastimarme, tenía una gran curiosidad. Muchas veces recordé aquel dicho de "la curiosidad mató al gato", perfectamente yo era el protagonista de aquella frase tan real.

Seonghwa me sorprendió bastante cuando llegué a sentir su brazo cruzar por mi hombro, ofreciendome un refresco en lata con su mano libre en lo que saludaba a los otros dos. Apenas lo ví solo para saludarle, acepté su bebida y comencé a beberla sin prestar mucha atención a sus palabras, pero olvidaba que Hwa nos conocía muy bien a todos, pues toda la noche no dudó en transmitir su gran felicidad para levantarme los ánimos, incluso me preguntó aquella noche si me encontraba bien.

Por el resto de la noche lo pasé genial, me hizo hablar muchísimo, siempre a cada pregunta me incluía y hablaba de temas de los que los cuatro pudiéramos hablar.
Oh, vaya, realmente adoré bastante a Seonghwa en ese momento, no dejé de pensar en agradecerle, mi corazón ya no dolía, solo estaba disfrutando de un buen momento con amigos y no dejé de reír en ningún segundo.

自私 • 𝕾𝖊𝖑𝖋𝖎𝖘𝖍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora