SOULMATES | Cuando dos almas se tienen que encontrar, los mundos se juntan, la distancia se borra y deja de existir lo imposible
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golden trio era
harry potter x oc
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el prisionero de Azkaban
---> las reliquias de la muerte
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49, VICTORIA Y DERROTA
Durante las siguientes semanas, el ED se siguió reuniendo para las prácticas. Todo iba muy bien, habían acomodado los horarios y la mayoría aprendía bastante rápido. Hermione había creado unos galeones muy reales, que indicaban la fecha y hora de las reuniones. Era perfecto para pasar desapercibidos.
Incluso los entrenamientos de quidditch iban bien, aunque Ron había vuelto a perder la confianza, por lo que generalmente Angelina lo regañaba sólamente a él. Pero el equipo casi pega el grito cuando, en uno de los últimos entrenamientos entes del partido, Aries cayó de su escoba y sufrió una gran lesión en la rodilla, dejándola sin poder jugar durante la mayor parte del año. Madame Pomfrey tuvo que curarla a lo muggle. Angelina había estado a punto de largarse a llorar en la enfermería, alegando que estaba perdiendo a la mejor cazadora del equipo, y que no tenía mucho tiempo para conseguir a alguien nuevo. Aries sí se largó a llorar libremente, dolida por el hecho de no poder jugar por un buen tiempo. Al final Alicia Spinnet volvió a entrenar en el equipo de Gryffindor luego de tanto tiempo.
La mañana del partido amaneció fría y despejada. Aries se levantó con sus muletas y desayunó amargada, odiando con su alma el hecho de que Pomfrey no había podido curar su herida tan fácilmente.
Ron estaba pálido y parecía ver fantasmas horrendos por todos lados.
—¿Cómo te encuentras? —le preguntó Ginny a Ron, que contemplaba la leche que había en el fondo de su cuenco de cereales vacío como si estuviera planteándose muy en serio la posibilidad de ahogarse en ella.
—Está un poco nervioso —puntualizó Harry.
—Eso es buena señal. Creo que en los exámenes nunca obtienes tan buenos resultados si no estás un poco nervioso —comentó Hermione con optimismo.
—¡Hola! —saludó entonces una vocecilla tenue y soñadora detrás de ellos.
Aries levantó la cabeza: Luna Lovegood se había alejado de la mesa de Ravenclaw y había ido a la de Gryffindor. Mucha gente la miraba sin parar, y unos cuantos estudiantes reían sin disimulo y la señalaban con el dedo. Luna había conseguido un gorro con forma de cabeza de león de tamaño natural y lo llevaba precariamente colocado en la cabeza.
