Deniska

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Brad me miró con sorpresa, paso una mano por su cabello y dirigió la mirada atrás de el.

—Hola, vita mía— «hola, vida mía» me saludo como si nada, se acercó y sin que yo pudiera evitarlo, me besó, sus labios se sentían tibios y pegajosos, una idea se prendió en mi mente.

Megan tenía mucho brillo labial.

La golpeaste pero aún le quedaba brillo en los labios.

La beso y te está besando a ti.

Con todo el asco del mundo, moví un poco mis labios, no tarde mucho en separarme de él.

—Pense que estabas dentro de la sala, entre a buscarte, ¿Por qué fue el alboroto?— pregunto “preocupado".

—Megan como siempre estaba jodiendo, tuve que pararla a ella, a Yeva, y a la otra porrista— explique, disimuladamente pase el dorso de mi mano por encima de mis labios.

—Tu no eres así, no te metas en problemas, no está bien que la novia del capitán se quede detenida por pelearse— dijo con seriedad.

¿Pero, está bien que lo haga tu amante?

Tranquilo, no volverá a pasar— le aseguré, mantuve una sonrisa de “Novia ejemplar y comprensiva" en mis labios.

—Eso espero— dijo después de un suspiro, beso mis labios y se fue después de hechar una mirada a la sala.

—Te daré todo y te lo quitaré de golpe— susurré, talle mis labios con brusquedad.

Subí mi capucha, la cerré y cambie mi expresión a la que suelo tener siempre: Una cara de hija puta y odio al mundo.

Cuando entre a detención me curaron los nudillos (que estaban sangrando y no lo había notado) me limpiaron el labio.

—Eres una perra, mira como me dejaste— Megan se señaló el rostro que ya empezaba a incharse.

—Perra no, perrisima— me burle riendo, mi aspecto solo era de mi labio un poco hinchado, nudillos rojos y con una pequeña venda.

Megan, labio partido, mejilla inchada, ojo rojo, cabello alborotado, ojos llorosos.

Yeva, Yeva estaba sentada en una esquina mientras se limpiaba el labio que no dejaba de sangrarle, su cabello se veían como un nido de pájaros, sus mejillas muy rojas por los golpes.

—¡Maldita!— me grito Megan.

—Gracias— dije con una sonrisa.

—Eres tan patética— se quejo Yeva.

—Oye, no me ayudes— Si, esa fue la descerebrada de Megan, pensó que Yeva la estaba insultando a ella.

—Megan, no era por ti— explico Yeva.

Reí silenciosamente.

—No te mereces a Brad, el es mucho para ti— dijo Megan.

Me contuve y no le grité.

—Te jode que sea su novia, que sea hermana del capitán de fútbol, y que sea amiga de todos los del equipo, te jode que el nuevo no te prestará atención, en cambio a mi si— Le recordé con superioridad.

No respondió se quedó callada haciendo rabietas en silencio.

                                  [•••••]

Me encuentro en la cafetería después de haber terminado mi clase junto a mi hermano, mis amigos están aquí: Alesha, Simón y Pavel, también mi hermano y Demien.

Jugador de FútbolOnde histórias criam vida. Descubra agora