No tu

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Moscú, Rusia
Lunes en algún lugar
Deniska POV.                                                        

Desperté el lunes por la mañana.

Mis piernas ensangrentadas por el “castigo" de anoche.

Mis brazos están débiles por haber forcejeado tanto, mi garganta se siente rasposa y duele demasiado, mi abdomen está demasiado lastimado.

Me duele todo. Mi ropa está rota y apenas y me cubre, ayer aún que luche por detenerlos al final los dejé hacerme lo que quisieron, me amenazaron con lastimar a Alesha si no hacía lo que querían, no importaron los gritos de mi castaña, mis forcejeos, nada, nada importo, me jodieron todos hasta que se cansaron.

Mis piernas están bañadas en sangre y mis partes íntimas duelen como los mil demonios.

—Castaña. Hey, castaña— susurré para despertar a mi castaña.

Las cadenas en mis brazos y piernas, fueron puestas después de todo lo que me hicieron.

Me quitaron la mordaza por qué dijeron que estábamos muy alejados como para que alguien me escuchará.

—Alesh— susurré con voz rasposa.

—¿Es-estas bien?— pregunto jalando sus cadenas para poder acercarse unos centímetros más.

—Si— mentí para no preocuparla más.

Ya suficiente tenía ella con todo lo que le dijeron para amenazarla.

No importa si tengo que aguantar todo yo, no dejaré que te toquen, castaña.

—Perdóname por no evitar que te hicieran eso, no pude protegerte... Perdóname por favor—Alesha empezó a llorar pidiendo que la perdonará.

—N-no fue tu cu-culpa, por favor, no llores, estoy tratando de ser fuerte por ti, se fuerte por mi por favor— suplique evitando romperme.

Asintió entre llanto.

Me quedé en silencio soportando mi cansancio físico y sobre todo mental.

—Valla, valla. Ya despertaron las princesitas. ¿Cómo estás mi amor?— las últimas palabras de uno de los tipos fueron dirigidas a mi.

—¿No vas a responder? Está bien, es hora de llamar a tu hermanito— me removí desde donde estaba sentada, provocando mucho dolor en mi vagina y piernas.

Me amordazaron para evitar que hablara mientras hacían algunas cosas para realizar la llamada, escuché algo como que debían distorsionarla, que querían diez millones y algo así.

Me quite la mordaza, con dificultad (Causada por las cadenas) al ver que intentaban tocar mis piernas

—No me toques, imbecil... ¡Suéltala!— grité desgarrando mi garganta.

Escuché gritos atravez del teléfono pero no pude hacer más, me tuve que quedar callada al ver que apuntaban a mi castaña con un arma en su cabeza.

El tipo que estaba sujetándome, me susurro al oido:

—Si no te callas, le volamos la cabeza a tu amiguita— advirtió y sin mostrar mi miedo obedecí.

Terminaron la llamada y el tipo con el teléfono se acercó a mi.

—Tenemos diversión hasta el miércoles, tu mamita nisiquera protesto cuando le pedí los diez millones. El que si me grito fue el estúpido de tu noviecito— dijo lo último dirigiendose a mi, el pasamontañas cubrió su rostro pero no sus ojos de color muy oscuro.

Jugador de FútbolWhere stories live. Discover now