𝐈𝐈. 𝖼𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖽𝗈𝗌

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CAPITULO 2

VENGANZA Y CONSECUENCIAS

El Castillo Peverell era conocido por todos los descendientes de la familia, al ser una gran estructura que fue creada al comienzo de la familia en las islas británicas, cuando los druidas y hechiceros habitaban las tierras, antes de que los romanos llegaran.

Incluso antes de que la infame Camelot fuera creada, el primer Peverell en llegar a las islas hizo un tratado con las criaturas y mágicos de donde se asentó, Éire, conocido actualmente como Irlanda.

Al principio no era más que una fortaleza pequeña, pero con el paso del tiempo y la magia Peverell, fue creciendo hasta convertirse en un gran Castillo, en el cual habitaban los Peverell, sus descendientes y sus ancestros, en estado de retratos mágicos.

Si bien es cierto que los retratos mágicos no comenzaron a llevarse hasta dentro de varios siglos, había familias que conocían el proceso.

El proceso era singular, una parte del alma y la magia del mago, brujo, hechicero o druida, quedaba impregnada en el retrato de éste, dándole vida a medias. La vida a medias que llevaba era que conocía de primera mano los recuerdos de toda su vida, incluida la muerte del sujeto.

Por desgracia o suerte, en la familia Peverell era completamente distinto. Como todos buenos Nigromantes, conocían la magia del alma y podían coger una pieza importante y significativa de los espíritus de los ancestros que llamaban, con el permiso de éstos. Ese proceso fue largo y tedioso, para hacerlo hasta el primer Peverell, pero se llevó a cabo, siendo el mayor logro jamás conocido dentro de la misma familia.

Ahora, el Castillo Peverell estaba en perfecto estado, gracias a la magia élfica y Peverell, manteniéndolo en estasis, hasta que Harrison apareció de repente en frente de las dobles puertas de roble, reforzadas de algún tipo de metal, con la cresta Peverell dibujada en ellas con orgullo.

Tras aparecer con un pequeño "pop" conocido por el estilo de aparición del traslador, una ola de magia se pudo sentir en todo el Castillo, "despertándolo" de su largo letargo.

Detrás del Castillo Peverell y bordeando el mismo, había inmensos bosques que Harrison se perdió, dada la vista imponente que tenía delante.

Un poco más a la derecha, había un pequeño lago, del cual en el centro había una pequeña isla o islote.

Las puertas de entrada, se fijó nuevamente Harrison, eran de magnifico roble con la cresta de la familia tallada en ambas puertas.

Dando un paso hacia adelante, se cortó por enésima vez en el día en la mano y reclamó con una voz potente y segura el Castillo.

- Yo Harrison Markus Peverell, de la Muy Noble y Muy Antigua Casa de Peverell, reclamo mi hogar ancestral. Así sea.- Hubo un resplandor blanquecino y opaco, cuando las puertas y la magia del ambiente le dieron la bienvenida al nuevo Lord Peverell.

Repentinamente y sin aviso, las puertas se abrieron para revelar un hall de entrada ricamente decorado.

Pasando dentro del Castillo, no pudo solo mirar impresionado la entrada, decorada con innumerables mosaicos de batallas antiguas y hermosos cuadros de imponentes fortalezas a lo largo de la historia familiar.

Adentrándose poco a poco en la sala, empezó a reír en lo que parecía una risa medio histérica, dado que solo el hall de entrada era tan grande o incluso más que la casucha en la que vivía anteriormente.

Dando un chasquido con los dedos, se apareció un elfo doméstico vestido con lo que parecía una chaqueta y pantalones negros, con la cresta Peverell en el lado derecho del pecho del pequeño ser.

Harrison PeverellWhere stories live. Discover now