𝐕𝐈𝐈𝐈. 𝖼𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗈𝖼𝗁𝗈

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CAPITULO 8

PREPARANDO HOGWARTS

PARTE 1

La tarde estaba cayendo en los jardines del colegio de magia más importante de Bretaña mágica, con ello a las afueras de las puertas dobles de hierro que daba acceso a la entrada de los terrenos del mismo colegio, se encontraba un niño peculiar con tres elfos domésticos, sentados en lo que eran sillones de felpa, adornados con un escudo familiar.

El pequeño profesor Flitwick, desde lo lejos instó al señor Filch de que se diera prisa y abriera las puertas de inmediato, pues reconoció quien estaba usando tales sillones.

Harrison nada más ver el reconocimiento desde lejos del pequeño profesor, se levantó de su asiento, desapareciendo éste inmediatamente.

- ¡Por fin! ¿Qué le ha tomado tanto tiempo al celador?

- ¡Lo siento mi Lord Peverell, pero estábamos en una reunión del profesorado y no pudo entrar el señor Filch hasta más tarde, cuando la reunión terminó!- Exclamó desde lo lejos el pequeño profesor un tanto abatido por hacer esperar al dueño del colegio más importante del país.

- No se preocupe, la verdad, es que pensándolo bien, el viejo celador se merece cierto reconocimiento por la protección que ha mostrado de la escuela, yendo a buscarle, Maestro Flitwick.- Alabó Harrison al cuidador, el cual solamente llegó a las puertas, abriéndolas un poco menos de mal humor e inclinando levemente la cabeza.

- Bien, chicos, conmigo.- Ordenó a sus elfos domésticos que se levantaron adormilados de los sillones, desapareciendo éstos en el momento.

Saludando Harrison como era competente al Maestro Flitwick en el idioma natal de su clan, se dirigieron hacia la oficina del director, para que Harrison diera toma de posesión del catillo y sus salas.

- Pero profesor Flitwick, ¿No deberíamos ir a la sala donde se ubica la piedra angular rúnica?

- No hay tal sala, Lord Peverell.

- ¿Cómo dice?- Preguntó Harrison con un rostro neutro, no podía ser que el primer problema que se presentara tal castillo, fuera el de no tener una sala donde las piedras de las salas no estaban.

- Verá mi Lord, la sala que describe no existe tal y como es, hoy en día en Hogwarts.- Explicó el medio gobblin un poco nervioso.

- Y, dígame, como se supone que las salas están en funcionamiento.- Exigió saber al respecto e inmediatamente.

- Creo, que en el despacho del director... ahora suyo, encontrará lo que busca. A los profesores normales no se nos permite verlo... lo siento.

- No es culpa suya.- Suspiró resignado ante la idea de enfrentarse a este problema. - ¿Han hecho lo que les pedí?

- Sí, encontramos todos los papeles relacionados con las cuentas de Hogwarts, también en el antiguo despacho de Dumbledore. No le va a gustar lo que encontrará, mi Lord.- Comentó por lo bajo el pequeño profesor, lo cual solo tuvo como respuesta un pequeño bufido por parte de Harrison.

Ya no le estaba gustando lo que veía de camino al despacho del "director" pareciera que el castillo necesitaba muchas reformas, lo cual era cierto, más de cuatro siglos sin cambiar nada y con las constantes "bromas" que destruían el castillo, era un milagro que aún se mantuviera en pie.

Llegando al primer piso tras mucho andar y asentir a los demás profesores que salían de lo que estaban haciendo por pura curiosidad de los eventos que se les informaron, Harrison llegó a la entrada que estaba custodiada por una gárgola algo fea.

Harrison PeverellWhere stories live. Discover now