𝐗𝐈𝐈. 𝖼𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖽𝗈𝖼𝖾

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CAPITULO 12

REUNIONES CON LAS SECTAS, BAILE Y DISCORIDAS

Harrison se encontraba actualmente meditando en su cuarto, tras recibir la impactante noticia sobre sus poderes y una breve charla de historia antigua.

Descubrir que en realidad sí que existían las deidades conocidas como "dioses" antiguos, era impactante, algo que Shadow estaba totalmente de acuerdo con Harrison, pero la pregunta que se hacía en estos momentos, era ¿Por qué una lección de historia, tras decirme que mis poderes aumentan?

Es cierto, los poderes de Harrison al parecer aumentan en cuanto se encontraba en una situación difícil, tal como de vida o muerte. Tras la pequeña debacle con Mihail, estuvo investigando sobre los poderes de los niveles del aura de muerte, descubriendo que el tercer, cuarto y quinto niveles, eran para manipular las sombras a su antojo.

Tanto es así, que podría hacer armas de ellas, viajar por ellas o traer cosas a través de ellas. Era complicado, pero como dijo Shadow, con interés y perseverancia entrenando diariamente, podría conseguir al menos dominar los niveles tres y cuatro.

El problema residía que no sabía dónde entrenar. Para poder dominar esos niveles era necesario un lugar en el cual poder dejar suelta su aura. Eso bien podría ser problemático, dado que las almas que estuvieran presentes en Poenari podrían sentirle, también podrían quedar aterrorizados de él, algo que no estaba dispuesto a ver.

Poniendo esos problemas de lado, mandó cartas a sus aliados y familia extendida, para saber si tenían algún detalle sobre los dos ataques sufridos a su persona.

Lamentablemente, al haber dejado la orden de los mortífagos, los consideraban unos traidores, lo cual esa parte de contactos, quedaba fuera.

Los Lestrange y los Black coincidían en que sería algo planeado de los tenientes o algún que otro general descontento con Harrison, aunque no sabían el porqué.

Abriendo los ojos, Harrison suspiró un poco dramáticamente al inminente día o mejor dicho, noche que se le acercaba.

Hoy era la noche en la que los jefes de la Secta, La Verdadera Mano Negra, aparecían en Poenari para la reunión.

El Conde le había advertido en persona que los demás Jefes de Secta aparecerían por las largas horas de la noche, para estar todos presentes al día siguiente.

Como dijo, sería un par de días de estar en vilo y despierto. También un par de días en los que no podría llevar a sus familiares a dichas reuniones.

Al menos no dijo nada en contra de llevar su vara, aunque podía predecir que de poco le haría falta. Seguramente la voz se habría corrido con la maldita debacle del vampiro loco, Mihail y su expulsión de la orden del Conde Dracul.

Levantándose lentamente de su posición, Harrison hizo una mueca ante las articulaciones que se le habían quedado dormidas.

Un encantamiento Tempus y le dijo que era la hora del desayuno. Estar meditando tanto tiempo sobre temas importantes y temas casi sin relevancia, era agotador, pero a la vez refrescante, pues el daba una idea de cómo actuar a continuación.

Lo primero, era lo primero, pedir una sala especial al Conde para entrenar su tercer nivel de aura, o como Shadow ahora lo llamaba, su aprendizaje sobre las sombras.

También necesitaría tomos antiguos, sobre las diferentes mitologías, tenía curiosidad extrema en cuanto a las deidades que le habló Shadow, sobre todo las griegas.

Como buen inglés, él conocía las deidades celtas, pero también las nórdicas, siendo el alfabeto rúnico parte de ella.

Con un movimiento de su mano, el baúl que tenía en la esquina de la habitación, se abrió por el compartimento adecuado, el de la ropa.

Harrison PeverellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora