Capítulo 22 EDITADO

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P.O.V Vallolet

Estaba nerviosa, por fin cumplía 5 años y me encantaba porque eso quería decir que recibiría muchos regalos.

Mi madre me trajo el vestido celeste que habíamos escogido con mi hermana. ambas nos vestimos igual para esta ocasión tan especial.

Cuando ya estoy vestida, peinada y con los zapatos puestos salgo corriendo para buscar los regalos.

Me sentía como una celebridad, todo el mundo me saludaba y me decía feliz cumpleaños.

Me desvié de mi meta al notar cuántos dulces y cosas ricas que había para comer, todo se veía delicioso.

Como un poco ya que no quería manchar el vestido que madre me regaló debido a que me había advertido de no hacerle nada.

Me acerco a la mesita de pasteles y noto que solo quedaba uno ¡pero si solo había pasado como media hora! miré para todos lados para ver si alguien más me lo podía quitar y sonrío al notar que no había nadie.

Cuando lo tomo llega un niño dispuesto a morder mi pastelito sin querer me muerde el dedo y yo me enojo mordiéndolo de vuelta.

Yo no hubiera tenido problema de compartirlo con él pero no me tenía que morder.

Escucho como mi padre me reta diciendo que le pida disculpa, en el fondo sabía que no debí actuar así.

-Lo siento, si quieres te voy a buscar unas de mis curitas para que no te duela tanto-. él solo asiente mirando a mi padre y me sigue.

Busco el botiquín y se la pongo con cuidado.

-Me llamo Alex y mi madre es la beta de tu padre.

-Oh-. sonrío al recordar a la tía Romina-. yo soy Vallolet.

Le indico si quiere jugar conmigo afuera y me sonríe.

Vamos hacia el patio y recuerdo el pastel.

-Lo siento por el pastel, sí lo hubiera compartido contigo.

Me iba a responder pero se quedó callado mirando a mi hermana quien empujaba a un niño que solo la quería ayudar a levantarse.

Escucho todas las cosas malas que le dice y a mi solo me entran ganas de tirarle el pelo, no tenía el derecho de tratarlo así.

Noto que se levanta luego de que mi hermana se marchara.

La comienzo a buscar para retarla pero no la puedo encontrar.

Debe estar llorando en algún rincón de la casa por lo que le paso al vestido, madre la matara cuando lo vea.

Sin querer me topo con el niño de hace poco y siento la necesidad de disculparme con él por mi hermana.

Al recordar que tenía una curita de sobra me alegro y se la pongo esperando que no le duela tanto ya que podía ver sangre en sus manos.

Sonrío al notar lo bien que lo hice y al mirarlo noté como su cara estaba roja pero el solo extiende una pulsera poniéndomela en modo de agradecimiento y por mi cumple años.

No puedo creer como mi hermana trató mal a este niño cuando era super tierno.

Noto como mi hermana pasa corriendo por detrás de él y yo la sigo despidiéndome del niño.

-¡No me sigas!-. chilla roja por las lágrimas.

La detengo del brazo haciendo que me mire.

-No debiste haber tratado a ese niño tan mal, no se lo merecía, a ti no te gustaría que te trataran así, así que no lo hagas, espero que te disculpes.

-¡No me importa ese estúpido niño! ¡Mira mi vestido! madre me castigara-. llora más alto.

-Si yo te doy mi vestido me retara a mi ¿quieres que lo cambiemos?-. ella me mira dudosa pero asiente feliz-. no quiero que vuelvas a tratar mal a ese niño, no es malo, es super tierno-. digo sintiendo un poco de vergüenza.

-Ahora que lo pienso era lindo-. se sorbea los mocos y yo no puedo negar que lo era-. también quiero esa pulsera.

-No, a mi me la dio.- era mi pulsera, se veía super bonita.

-¿ÉL? entonces lo trataré mal enfrente de todos otra vez.

gruño pero se la paso.

-Solo te la estoy prestando-. Asiente sin mucho interés, suspiro sabiendo que después solo se la tendría que quitar mientras dormía-. ven mejor vamos a cambiarnos antes de cantar el feliz cumpleaños.

Una vez listas nos reunimos con todo y puedo notar al niño entre la multitud.

Sonrío al verlo, me gustaría ser su amiga.

Recuerdo que no se su nombre, pero con el tiempo eso ya no era importante, mientras más tiempo pasaba ese recuerdo solo quedaba en el pasado olvidándome de la mayoría de las cosas de ese día, solo Alex estaba en mi memoria después de 13 años.

Después de tiWhere stories live. Discover now