La gringuita

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La primera vez que Verónica se enteró de la existencia de la gringuita ,fue a los 6 años.

Ella no quería comer la sopa, la detestaba y su padre le dijo:

-¿Como que no vas a comer la sopa?, a la gringuita si le encanta, por eso ella esta creciendo más que tú ,tú te estas quedando enana.

-¿Quien es la gringuita?

-Mi otra hija-respondió

-¿Tengo una hermana?, nunca me habías hablado de ella

-Ella no vive aquí, nunca la conocerás.

Desde ese momento ella odió a la gringuita, su padre siempre la compararía con ella, y ella siempre saldría perdiendo ante la gringuita.

Cuando Verónica sacaba malas notas, el padre le decía:

-Tienes que estudiar más, la gringuita nunca desaprueba ,es la primera de su clase, además de la más bonita.

A medida que fue creciendo, le fue preguntando a su familia sobre esta otra hija, pero nadie le sabía dar una respuesta, nadie la conocía. Y la única que podía saber la respuesta era su madre, pero ya había muerto hace muchos años, cuando Verónica tenía apenas cuatro años.

Un día le preguntó a su padre:

-¿Soy fea?

-No claro que no, una hija mía no puede ser fea, ¿Por qué me preguntas eso?

-Es que a veces lo pienso, y cuando me hablas de la gringuita se escucha que ella si es muy bella.

-Ah es que es diferente, nosotros podemos ser guapos para nuestro estándar, pero ella es otra raza pues, ella es gringa, ella es alta, pelo amarillo hermoso, ojos verdes, no nos podemos comparar.

-¿Y porque ella es así y yo no?

-Su padre se quedó pensativo ...-No lo sé-contestó secamente.

Cuando Verónica tuvo quince años, decidió pintarse el cabello de rubio, ponerse lentes de contacto de color verde y llenarse de polvos que blanquearan su piel.

A pesar de todo esto, su padre seguía hablando de la gringuita, como alguien superior a ella.

-Ella es rubia de verdad, ella es natural-Había dicho una vez.

Cuando Verónica se hizo una mujer, siempre siguió pintándose el cabello e intentando ser lo más blanca posible, aunque sabía que nunca sería como ella, sabía que nunca la podría superar.

El día que su padre murió, ella fue al velorio y buscó con la mirada, a la gringuita entre todos los presentes, si realmente existía debía ir al velorio de su padre, pero no había nadie así ese día.

Sintió que ese día, no solo había muerto su padre, también había muerto la gringuita y se sintió aliviada.


Fin


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