Capítulo 33

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En la habitación 12 del segundo piso del hotel Hedistar el silencio era un poco abrumador, las dos mujeres parecían mantenerse en total expectación, una frente a la otra. Reiko miro hacia el teléfono de la habitación sopesando el tomarlo para llamar a seguridad, pero eso sería armar un escándalo con el cual podía involucrar a la policía y definitivamente eso no era conveniente, la peli azul miro hacia donde la pelinegra dirigía su mirada y sonrío.

— El teléfono no es buena idea, porque puedo asegurarte que nadie vendrá — señalo la peli azul. La pelinegra frunció el ceño, ahora entendía la actitud nerviosa del camarero — como dije antes, tenemos mucho que hablar y será mejor que empieces de una vez.

Reiko suspiro y trato de relajarse o al menos no ser tan evidente aun cuando ya había trastabillado en sus palabras — no sé qué quieres que diga Soi.

— Que tal si empiezas diciendo lo que tienes que ver con el atentado de ayer — señalo la peli azul con cierta calma.

— No tengo nada que ver en eso, eso fue lo que quise decir antes — refuto con seguridad.

Soi frunció el ceño — no mientas Reiko — advirtió — no tientes tu suerte, así que dime todo lo que sabes — vio que la pelinegra iba a negar de nuevo — sé que fuiste tu quien averiguo sobre mis cuentas privadas, que era socia de la inversora inglesa que ayudo a los Shiba, Lyu me lo dijo.

Reiko pareció molesta por ese detalle — tu hermano me solicito esa ayuda y yo solo hice lo que pidió, no podía negarme pues parecía importante para él.

Soi rio de manera sarcástica — por favor, no seas hipócrita — acuso — nunca te importo Lyu, te acercaste a él y la familia solo por un maldito interés.

Reiko le miro casi ofendida — no es así, no fue así — indico — además tú no sabes.

La peli azul le miro seria — ¿qué no se? — Cuestiono y le lanzo una mirada un tanto despectiva — jamás te vi más allá que a una compañera de colegio, debió quedarte claro ya que me acosté con más de media ciudad y nunca te puse la mínima atención Reiko.

— Eres una...— intento darle una bofetada, pero Soi la detuvo.

La peli azul negó con su cabeza — eras la novia de mi hermano — aclaro —¿qué es lo que esperabas? — Cuestiono — creíste que caería a tus pies o moriría de celos al verte junto a Lyu, que mis padres permitirían algo como eso — suspiro cansinamente — al final solo te has vengado de todos.

La pelinegra frunció el ceño molesta — si fuera como lo dices, hubiese ordenado que apuntaran a esa puta periodista de quinta que es tu novia.

Reiko no lo vio venir, Soi había acortado la distancia lanzándose contra ella clavándola en la puerta del baño de manera amenazante — no te permito que la amenaces y te refieras de ella así — dijo, tratando de mantenerse impasible aun cuando sintió que su herida en el hombro dolía.

La pelinegra lucho, pero vio que era inútil — ¿tan buena es en la cama? — Cuestiono.

Soi le miro seria y luego sonrío un poco — mucho — respondió y vio la mirada molesta en Reiko — lo explicare mejor para que lo entiendas — indico — con solo un pequeño toque me evoca — empezó y movió su mano por el abdomen de Reiko que se paralizo — el paraíso — explico — tú en cambio, solo me recuerdas un horrible desierto y su total resequedad.

Reiko le miro mucho más molesta y con un poco de más fuerza empujo a la peli azul quitándosela de encima — no sé cómo puedes ser ...— se contuvo un momento — maldita tu arrogancia, por eso mismo paso lo que paso anoche.

Una Mirada al AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora