Capítulo 36

92 4 1
                                    


El día miércoles llego demasiado pronto según Yoruichi, no había dormido muy bien a pesar de la comodidad de dormir en su propia cama tenia la constante preocupación por Soi Fong, sabía que podía confiar en que no haría nada tonto pero lo que había sucedido con su madre era un punto de inflexión para ella. La morena había despertado muy temprano para preparse y dejar todo listo en casa para cuando regresara en la noche junto a su novia, solo esperaba que su día de trabajo fuese tranquilo.

Soi Fong había dormido poco, pero trato de poner mejor actitud ante lo que pudiese venir de ahora en adelante, ella al final del día saldría del hospital y luego de un par de días de descanso debía volver a su rutina que antes se dividía entre trabajo, familia y su novia. Hoy tenía pensado ir a la habitación de su abuela y su madre para pasar un rato con ellas. Lyu había llegado en el transcurso del almuerzo, llevaba lo que era una pequeña maleta con ropa para su hermana y sus implementos personales que le había sido entregados por Lisa esa mañana de los cuales se encontraba su laptop personal y teléfono.

Su alta estaba programada para las seis de la tarde, Yoruichi vendría por ella y cuando el tiempo se acercaba, la peli azul fue a despedirse de su abuela y de sus padres. Era notable que Ryu no estaba de acuerdo en que se fuese al apartamento de su prometida sabiendo que en casa podía estar mejor con las personas del servicio y no le daría más carga a su futura nuera. Fue agradable que su madre como siempre fue sabia aun con todo lo que sucedía y había dicho que era mejor que se fuera con Yoruichi ya que así no se metería en problemas, fue ahí cuando su padre estuvo de acuerdo. La morena llego a tiempo, pero antes fue a saludar a la abuela y su suegra que le dio uno que otro consejo que le serviría para su hija.

La salida fue un poco tardada, la política del hospital pedía que el paciente desalojara en una silla de ruedas, pero Soi Fong quería salir por su propio pie. Cuando Yoruichi se dio cuenta rápidamente le pidió poner de su parte para ir a casa lo mas pronto posible ya que debían pasar por algo de comida. Lo siguiente fue que la peli azul pensó que ella manejaría pero de forma dominante la morena no quiso entregarle las llaves del auto, pasaron por la cena al restaurante de marca registrada de Si Fong y su familia, No tardaron más que unos cuarenta minutos para por fin llegar al apartamento de la morena, al final sintió que había sido un poco divertido ya que al principio la peli azul se mostraba un poco critica de como conducía la morena, pero al final entendió que podía hacerlo bien sin que ella estuviese temerosa.

Cuando llegaron al apartamento la morena llevo a su novia a la habitación para que colocara las cosas que traía consigo mientras ella iba a servir la cena, pero no fue a ninguna parte porque Soi Fong no permitió que se marchara de la habitación.

— ¿Qué haces? — Cuestiono la morena — debo ir a servir la cena o se enfriara.

Soi le atrajo hacia ella en una pequeño abrazo y suspiro — la cena puede esperar — indicio mientras iniciaba un pequeño asalto de besos en el cuello de su novia.

Yoruichi carraspeó levemente aun cuando sintió que su cuerpo se estremecía un poco ante el contacto amoroso de la peli azul — Soi creo que no deberíamos, la doctora dijo que debías descansar — dijo poco convencida de esas palabras, es que simplemente podía fácilmente admitir que la extrañaba, sus toques, el roce de su piel, los besos apasionados, más cuando la noche del compromiso habían pensado en hacer el amor hasta la saciedad.

Soi suspiro largamente aun cuando sus manos trabajaban sobre la morena para quitarle la ropa que llevaba puesta — Yoruichi te necesito, además no creo que le pase nada a mi hombro — dijo suavemente y luego sonrió — espero que no te pongas muy resistente cuando llegue a darte el mejor orgasmo de tu vida — la morena parpadeo ante la frase osada de su prometida y cuando quiso decir algo o replicar — vamos no te preocupes, luego cenamos porque sinceramente ahora muero por el postre.

Una Mirada al AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora