WanYin fue obligado a cerrar la boca. Miró fuera de la ventana. El cielo estaba nublado, ya que iba a llover.
Al mirar a las secciones de la calle que parecían ser familiares cada vez más, los nervios de WanYin poco a poco se tensaron.
El coche se detuvo. XiChen salió del coche con libertad mientras que WanYin fue arrastrado fuera del coche.
Al ver el entorno a su alrededor, los ojos de WanYin se abrieron sin poder creerlo.
— XiChen, ¿Por qué me trajiste aquí? — Le preguntó mirándole la espalda a XiChen, pero el hombre lo ignoró.
WanYin había sido arrastrado a la tumba que le había construido a su abuelo y a su hija muerta. Ya no tenía las fuerzas para levantarse, y el guardaespaldas lo empujó hacia la tumba.
WanYin cayó al suelo, cubriéndose donde estaba su tumor. Tomó un respiro profundo, tolerando el dolor, y luego levantó la mirada.
XiChen se paró frente a él, noble e indiferente, su aura era impenetrable y fría.
— ¿Por qué aquí? — WanYin preguntó mientras apretaba los dientes y su visión se ponía borrosa por la neblina.
XiChen se inclinó y apretó la barbilla de WanYin con sus cálidos dedos, con una sonrisa aterradora en sus ojos delgados y seductores.
— Para que experimentes por un momento, una angustia amarga.
— ¿Qué? — WanYin no entendía. Solo podía ver la blanca nieve cayendo del cielo, oscureciendo la apariencia de XiChen en su visión en ese momento.
— Muévete — Él le ordenó de repente, quitando a WanYin del camino con frialdad.
WanYin inmediatamente escuchó el sonido cincelado de una pared de piedra. Giró su cabeza de manera abrupta y vio a varios guardaespaldas destruyendo la tumba con sus martillos de piedra y cinceles.
Se escuchó un "bum" en la cabeza de WanYin, luego se silenció.
— ¡No! ¡detente! — Gritó. Se había levantado y quería correr para detenerlos, pero XiChen lo agarró — ¡No lo destruyas! ¡No! — WanYin gritó, las lágrimas brotaban de sus ojos descontroladamente.
Se volvió y le rogó a XiChen, pero el hombre sonrió ligeramente.
— ¿Ahora conoces el miedo? ¿Porqué no tuviste miedo cuando heriste a mi hijo?
— XiChen, ¡nunca herí a tu hijo! ¡Diles que se detengan!
Las emociones de WanYin se desmoronaban por completo y su cuerpo, que llevaba mucho tiempo plagado de heridas como agujeros, parecía cubrirse de sal en ese instante. La profundidad y densidad del dolor taladraba su médula ósea.
Aun así, él no le pidió a nadie detenerse. La tumba fue rápidamente destruida y dos urnas, una grande y una pequeña, fueron desenterradas.
WanYin sintió como si ya no pudiera respirar. Sus ojos estaban borrosos y su cuerpo temblaba violentamente.
— No, XiChen, por favor, no lo hagas ¡Está bien, estaba equivocado! No debí haber herido a tu hijo y a GuangYao. ¡Todo es mi culpa! Incluso puedes descargar tu ira conmigo, solo no toques las cenizas de mi abuelo y mi hija, por favor.
WanYin se arrodilló a los pies de XiChen, reverenciándolo desesperadamente, rogando por piedad, incluso aceptando esas acusaciones sin fundamento.
Aun así, XiChen ni siquiera lo miró. Extendió la mano y tomó la urna para agarrar, en su mano, un pequeño montón de cenizas.
WanYin miró aturdido las cenizas que estaban en las manos de él. Su rostro era tan blanco como el papel, y estaba agarrando sus pantalones.
— No, XiChen, esa también es tu hija, no...
— ¿Mi hija? — XiChen se burló — Solo tengo un hijo, y su nombre es Lan JingYi. En cuanto a esto... — Miró la pequeña pila de cenizas en la botella de vidrio y de repente aflojó su mano.
¡Crac!
La botella se hizo añicos y las cenizas se esparcieron.

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Doloroso Amor
Teen FictionJin WanYin a amado profundamente a Lan XiChen durante doce años, esperando volver a reencontrase con él, pero nunca espero hacerlo de esa manera. Tampoco pensó casarse de esa manera o ver como aquel amor profesado de pequeños se había extinguido. Sa...