Corazón Valiente

Capitulo 1

Maaaaaa, cuando sea grande quiero ser como tu, hermosa, dulce y con un enorme corazon que cabe todo un mundo mami, un hermoso niño de ocho años corria alrededor de su adorable madre, se encontraban en el jardin de su humilde casa, plantando muchas flores, ya que ambos omegas les fascinaba.

Cuando escucharon y sintieron un delicioso aroma a cilantro con limon, se escucho una pequeña carcajada, a espaldas de ellos se encontraba su padre, un alfa con apariencia autoritaria y algo rebelde, antes los demas, pero con su esposa e hijo, era un alfa dulce y hogareño, que era capaz de dar su vida por ellos.

Quieres ser como mama y como papa que mi vida, como es eso aah, decia entre risas el amable alfa, aquel guapo hombre se acerco a saludar a su esposa con un rico abrazo y beso, ambos se brindaron una linda sonrisa, el mayor volvio su atencion al pequeño niño, ah ver dime mi niño, porque no quieres ser como yo, mmmm dime, que tengo que hacer para que mi hermoso hijo, desee ser como su padre, en aquel humilde hogar se podian escuchar unas alegres sonrisas, el padre corria tras su pequeño para tomarlo en brazos y hacerle muchas cosquillas.

Para paaaa, para por favor, ya no mas cosquillas por favor papi, quiero ser como mami, pero tambien quiero ser como tu, porque de ti herede mi corazon valiente, me has enseñado a ser fuerte paaaa, a pesar de que no puedo ver, pero quiero protegerla a ella tambien como tu lo haces con nosotros dos.

El alfa y su esposa se miraron con amor al escuchar a su pequeño hijo, sonrieron con ternura, la omega se acerco a sus dos grandes amores para abrazarlos, el pequeño dejo de reir al sentir el aroma a lotos y primavera de su madre, lanzandose a los brazos de sus padres, ambos jugaban, reian, asi pasaron aquella tarde los tres disfrutando de su compañía, eran una familia de bajos recursos, pero su felicidad estaba al maximo.

Esos eran los pensamientos y recuerdos de un hermoso omega adolescente, que derramaba sus lagrimas, aquella tarde frente aquel hermoso jardin con su rostro elevado al cielo, cuestionando a los dioses, seis años, seis largos años de dolor y sufrimiento luego de aquella tragedia, los extrañaba tanto, que muchas veces deseo morir con ellos, porque la vida le era tan injusta, en estos momentos estaba sentado en una de las sillas que se encontraban en la parte trasera de la mansion de los Song, donde trabajaba su querida abuela, que se habia quedado a cargo de el.

El castaño se sobresalto cuando sintio unos suaves brazos arruyarlo entre ellos, unas caricias que lo unico que provocaron fueron hacerlo llorar mas, necesitaba los fuertes abrazos de sus padres y su abuela, quien en estos momentos lo consolaba.

Abuela – Mi niño bello, porque lloras cariño, me duele verte de esa manera, recordando otra vez – se acerco a el, para abrazarlo, le lastimaba encontrarlo muchas veces de era manera, hasta la cocina llegaba el olor de su tristeza fue asi como corrio en su busqueda – Shhh tranquilo mi niño, ssshh tranquilo, a ellos no les gustaria verte asi.

El castaño lloraba incontrolablemente abrazado a su abuela paterna, no podia olvidar aquella tragica noche donde podia oler el fuego y el panico en sus padres, su papa Bing se habia sacrificado por sacarlos a ellos, en ocasiones aun por las noches se despierta gritando por las pesadillas al escuchar los gritos de dolor de su padre al ser consumido por aquel fuego y tambien el de su madre, por la perdida de su esposo y cuando aquel desgraciado le quito la vida, luego de unos meses de haber perdido a su padre.

Yibo – por mas que no queria preocupar a su abuela, no podia controlar esos recuerdos y sus emociones – Abu, dime quien es tan malo para hacerle eso a mi papis, porque abu, dime porque, porque no lo entiendo – volvio a llorar fuerte – mami no se metia con nadie y se que papi tampoco, porque no me llevaron con ellos abu, los necesito aquí conmigo.

Hasta adentro de aquella mansion se podian escuchar los desgarradores lamentos y llanto fuerte del castaño, muchos de los empleados que estaban cerca no pudieron soportarlo mas y lloraron en silencio por su pena.