Esa Virgen será Mía

3.Mi parte Dramática

Mi verano ya se había acabado y era oficial. Me quedaban unos nueves meses agonizantes llenos de exámenes, clases y trabajos por delante que probablemente me devolverían la ansiedad que había conseguido calmar durante el verano. Adiós a la playa, a las pijamadas con Amy en la cabaña del bosque de su padre, a la sensación de despreocupación total o a la posibilidad de despertarme a la hora que quisiera (que solía ser más tarde de las doce)

Di un par de vueltas a la leche en la taza empezando a entrar en depresión cuando escuché a Oliver gritar y a Caden intentando robarle una tostada.

―¡Suelta mi tostada enano!― gritó Oliver mientras intentaba chuparle el brazo para que la soltara

―¡Es que a mi se me ha caído la mía al suelo!¡Mamá, me está intentando chupar!

Bienvenidos a los desayunos con los Ricci, donde cada día es un campo de batalla, literalmente.

Papá que estaba sentado tomando su primer café de la mañana, levantó una ceja y miró a mi madre 

―Olivia, creo que te reclaman

Mamá entró a toda velocidad en la cocina a la pata coja mientras se ponía los zapatos a la vez que cogía del plato un croissant y se le intentaba comer de un bocado 

―Llego tarde― murmuró con la boca llena y papá rio 

―No se te entiende bien ¿Puedes repetirlo?― bromeó y mamá le dio en el hombro mientras intentaba no reír para no escupir

―¡Mamá, Caden me ha quitado la tostada, dile que me la de!―Caden la chupó y Oliver hizo una mueca― que asco, te la puedes quedar― Caden intentó chuparle a él― eh eh que me manchas el uniforme

―Desde luego Oliver hay veces que dudamos de tu edad real― dijo papá leyendo el periódico

―¿Me estás llamando inmaduro?

Yo sonreí al ver a mi padre intentar no reír escondido tras el periódico

―La verdad es que sí― dijo mamá que ya había podido tragar y se había sentado para colocarse bien los zapatos

―Yo les he dicho que creo que te cambiaron en el hospital, pero mamá y papá están, en fase de negación― bromeé mientras le guiñaba un ojo a papá y él se atragantaba con el café

Oliver se quedó pensativo unos segundos dándole vueltas a lo que había dicho y luego calló en la cuenta― Pero si somos mellizos...

Solté una carcajada― Quien sabe a lo mejor mi verdadero mellizo seguramente listo y guapo está por ahí sin saber que es mi verdadero hermano― Oliver me tiró una servilleta a la cara y yo le saqué la lengua

―Chiara...no te pases con Oliver, que no entienda las cosas al mismo ritmo que todos no quiere decir que haya que meterse con él― respondió mamá riendo y Oliver se giró y la miró haciendo una mueca

―¿Tú también me traicionas? ¿Mi propia madre?― mamá se acercó y le dio un beso en la mejilla mientras le acariciaba el pelo

―Ay mi niño mayor, no me puedo creer que en un año te vayas a ir fuera, me acuerdo de cuando eras un bebé regordito con esos mofletes...ojalá pudiera cogerte así otra vez― noté que algo en su voz se quebró. No era realmente consciente de que por ejemplo estos desayunos en un año dejarán de estar dentro de mi rutina, no viviría más con mis padres o Caden puede que ni siquiera con Oliver. Por ello quería aprovechar todo lo que pudiera este curso, sin problemas ni comidas de cabeza, un curso normal.

Caden me cogió la mano― Te voy a echar de menos― murmuró

―Y yo a ti también, muchísimo