22.Se acabó

48.7K 3.7K 2.7K
                                    

Me quedé paralizada.

Sonreía, pero algo en sus ojos estaba serio y yo no era capaz de articular una respuesta que no me dejara en evidencia. Quería mentir, mi cerebro dio la orden, de verdad que lo hizo, de decir algo serio, seco, borde, para borrarle esa mueca divertida de la cara y dejarle claras las cosas.

Quería que pasara pero no ocurrió. Al contrario, mi garganta se ató en un nudo, mi estómago explotó en mil sensaciones, mi corazón...pobre de él, latía tan rápido que pensaba que me iba a dar un infarto, mis mejillas ardieron, mi cabeza no podía procesar nada. Comencé a respirar más rápido y él alzó una ceja a la espera de una respuesta.

Al entender por mi reacción que lo que había dicho podía no ir demasiado desencaminado su sonrisa desapareció. Empezó a analizar lo que mis ojos gritaban y noté como aunque no intentara ocultar su respiración también se aceleró.

La tensión, los dos sin decir nada, intentábamos averiguar la reacción del otro. Abrí la boca para decir algo pero ni un sonido salió de mi boca.

Se acabó. Ed Jones había ganado. Y yo solo había tenido la fuerza de voluntad para aguantar seis tristes meses. Me sentía fatal conmigo misma. Había conseguido volver a desatar unos sentimientos que no sabía que podía volver a sentir, algo que Jason no había conseguido.

Las ganas de llorar eran espantosas. Pero la sensación...volver a recuperar esa sensación de liberación, de nervios, de emoción....esa sensación de estar pillada. Me daba cuenta de como Jason no había sido capaz de destaparlos, puede en parte por mis esfuerzos por no volverles dejar a fluir. Pero Ed, se había hecho hueco en mi cabeza de una manera que asustaba. No podía parar de pensar en todo lo que desde septiembre habíamos hablado juntos, como me había hecho rabiar, la manera en la que siempre me sacaba una sonrisa o hacía que me avergonzara. Y a cada recuerdo que proyectaba en mi cabeza, las mariposas del estómago revoloteaban más rápido, el nudo en la garganta era más grande y las ganas de verle mayores.

Ed era como un chute de adrenalina que me había devuelto a ese estado de nervios y emoción. Esa sensación que duele pero gusta, ese descentre vital, como si de repente solo pudieras darle vueltas a eso todo el día y te da igual por que cuanto más lo piensas más rápido se acelera tu corazón, en una sensación agridulce que ojalá fuera eterna. 

Mierda. No estaba pillada. Estaba pilladísima. 

―No tienes ningún derecho― susurré. 

―No tengo ningún derecho a qué exactamente 

―A decir esas cosas, sabiendo que tengo novio

Ed resopló― Jason es mi amigo, muy amigo mío Chiara, pero tanto tú como yo sabemos que yo tengo más derecho que él a decir eso.

―Como puedes tener la cara de decir eso. ¿Amigo tuyo? Dios me libre de amigos como tú

―No estás siendo justa Chiara

―¿Qué yo no estoy siendo justa? Tú eres el que no has sido justo en ningún momento intentando acostarte conmigo 

―Dime una sola vez en la que me haya intentando acostar contigo, una sola. Es que no te das cuenta de nada.

―Pero si estás constantemente....

―Jamás, ni una sola vez, he intentando hacer cualquier acto que implicara un encuentro sexual. Ni si quiera te he hecho ningún comentario al respecto, que tú hayas notado tensión sexual es un tema en el que yo no me meto

Me mordí el labio con rabia. Pero tenía razón, echando la vista atrás, muy pocas veces había hecho alguna referencia sexual, y mira que tuvo mil oportunidades

Esa Virgen será MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora