Pau Torres sintió por primera vez lo que era tener un flechazo. Aquella profesora sustituta que apenas había estado tres meses en su instituto había calado tan hondo dentro de su corazón que cuando volvió a verla de nuevo, sintió que ya no quería es...
Este es el primer fin de semana que estoy sola sin mi padre y sin Tasi. Sinceramente, no hay diferencia entre que ayer fuera viernes y hoy sábado. Sigo teniendo la casa para mi sola. Lo único es que hoy no me he tenido que levantar para dar las clases a Pau. Bueno, si hay una diferencia. Que me he acostumbrado a verlo estas dos mañanas y lo echo un poquito de menos. Anoche cuando volvimos de regreso con Lena y sus amigos apenas hablamos. Sus confesiones siempre me dejan sin habla. Pau es tan directo que me desconcentra. Es que no parece que tenga 17 años. Pero los tiene. Y me da una rabia que no puedo porque si fuera más o menos de mi edad, es que ni me lo pensaba. Pero joder, es que soy 8 años mayor que él, bueno, 7 la semana que viene. Y eso es lo que me trae por la calle de la amargura.
Mi móvil suena encima de la mesa. Alargo la mano sin levantarme del sofá y veo que es Lena.
- Hace una hora hice un pedido de un completo, ¿va a tardar mucho? es que me estoy enfriando señora... -le digo escuchando como se ríe al otro lado del teléfono
- Pues no va a poder ser. Está haciendo un servicio bastante largo y le van a dar las uvas...
- ¡Pues vaya mierda! Con lo entregada que iba a estar al tema...
- Pues baja al segundo B, seguro que ahí pueden solucionar tu problema, guapa
- ¡Vete a la mierda Lena!
- Si, lo que tú digas. En fin perra. Que luego a las diez paso a buscarte. Nos vamos a las fiestas de Alpedrete
- ¿A Alpedrete? ¿Qué se nos ha perdido allí Lena?
- Sorda. Las fiestas, ya te lo he dicho. Mi hermano ha quedado con unos amigos allí y dice que nos lleva. Luego volvemos con él o cogemos el cercanías. Pero esta noche tú y yo nos vamos de marcha sí o sí...
- No sé...
- Sin peros ni manzanas. Ya te puedes poner mona que a las diez paso a por ti. Ya nos tomaremos unas tapillas, y a darlo todo, ¿vale?
- Como quieras. Pero no descarto ahogar mis penas en alcohol...
- Violeta, tú siempre ahogas tus penas en alcohol, y lo que no son penas
- Oye, ¿qué tal ayer con Manu?
- Oh, Violeta. Lo adoro. Es increíble, pero increíble. Me encanta hablar con él. Si es que hasta su apellido es chulo, Manu Sánchez, pega con el mío, Lena Rodríguez...
Ruedo mis ojos y la escucho un rato hablar de las maravillas de su enamorado. A pesar de la confianza que están cogiendo estos dos, ninguno ha dado el paso de decirse que se gustan. Lena dice que este tonteo que tienen le encanta, que le da vidilla y que no quiere hacer nada que lo estropee. Le cuelgo el teléfono al rato y me doy la vuelta en el sofá cambiando la tele dispuesta a ver otro episodio de "Arrow". No me canso de ver a Oliver Queen, alto, rubio oscuro, ojos bonitos...si, vale si, me recuerda a Pau. Estoy peor de lo que pensaba. En serio.
Por la noche...
- ¿Cuando te has comprado ese mono? -me pregunta Lena mirando lo que llevo puesto
- No es mío, es de Tasi. Tiene un montón de ropa de cuando era joven en un armario que no se pone. Me dijo que cogiera lo que le diera la gana, que por lo menos yo la pudiera aprovechar
- Pues te queda de puta madre, ¿verdad Leo?
- Estilísticamente, me encanta, estás para follarte Violeta. Aunque yo no lo haga, seguro que esta noche alguien se te ofrece
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