27. La selectividad que empezó a estropearlo todo

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Hoy es el último día de selectividad de Pau. Por lo que me cuenta, todos los exámenes que ha hecho hasta ahora le han salido bien, incluso el de Lengua. Apenas lo he visto en estos tres días. Anoche subió a darme un besito de buenas noches y acabamos haciéndolo en el sofá otra vez. Es el rato más grande que hemos estado juntos en estos días. El pobre no ha dejado de repasar y tanto estudiar sé que tendrá su recompensa.

He decidido darle una sorpresa y esperarlo en la puerta de la facultad. Como hoy es su último día quiero invitarlo a comer para celebrarlo. Y si, para contarle lo de Valencia.

Aparco y salgo del coche apoyándome en la puerta del copiloto pendiente de la puerta. Empieza a salir la gente y reconozco a un par de alumnos del instituto donde dí clases. Ellos ni se dan cuenta de que estoy aquí, sobre todo porque me he recogido el pelo y llevo mis gafas de sol que me hacen ser invisible, o eso creo yo.

Me enderezo cuando veo salir a Pau por la puerta. Mi corazón empieza a, latirme con fuerza nerviosa por todo lo que va a pasar después. Voy a agitar mi mano para decirle que estoy aquí cuando veo a una chica rubia que se acerca a él y lo abraza. Siento como mi corazón bombea en mi pecho furioso y decido calmarme porque a ver, puede ser una amiga o una compañera de clase, no voy a comportarme como una puta celosa sólo por lo que he visto. Los veo separarse y ponerse a hablar muy animados. Para no molestarlo, saco mi móvil y lo llamo para decirle que estoy aquí. Marco su teléfono y desde aquí puedo ver como lo saca de su bolsillo, lo mira, me cuelga y vuelve a ponerlo  donde estaba para seguir hablando con la rubia.

Suelto un jadeo nervioso, sin poder creérme lo que Pau acaba de hacer. Porque estoy delante y lo estoy viendo, que si no, pensaría que me estoy volviendo loca. Lo miro viendo como pasa olímpicamente de mi llamada, porque si, lo estoy llamando otra vez y él ni siquiera hace ademán de coger el móvil. Sigue enfrascado en una conversación con la rubia y a mi los celos me están matando. Decido largarme de allí porque ya he visto bastante, cuando el ruido del claxon de un coche llama su atención haciendo que alze sus ojos ante el ruido y me vea. 

Pau se queda muy sorprendido de verme y yo es que estoy tan cabreada que no tengo ganas ni de hablar con él. Me doy la vuelta y rodeo mi coche para meterme en el y largarme pronto de allí. Escucho como Pau viene corriendo y me llama. Abro la puerta y resoplo frustrada cuando lo veo llegar hasta mi. Tengo que calmarme y no mandarle a la puta mierda que es lo que se merece.

- ¡Violeta! ei, ¿qué haces aquí? -Pau se acerca a mi muy sonriente y a mi el estómago se me revuelve después de lo que acabo de ver

-Venía a buscarte para invitarte a comer, quería darte una sorpresa -Pau tuerce el gesto y la cara le cambia

- Oh, vaya. Joder. Deberías habérmelo dicho. He quedado para comer con los del insti, ya sabes, para celebrar que hoy es el último día...

- ¿Qué tal el exámen de matemáticas?

- Lo he bordado. De sobresaliente vaya -Pau se acerca a mi para darme un beso y yo es que no tengo ganas ni de que lo haga- ¿te pasa algo?

- No, no me pasa nada. Bueno, si te vas a comer yo me voy entonces...

- ¿No te importa, verdad mi niña? Llevo sin verlos desde antes del verano y aunque el otro día quedamos para tomarnos un café, no es lo mismo...

Un momento ¿tomar café? Eso yo no lo sabia. ¿No estaba tan ocupado estudiando? Tengo una sensación extraña en el pecho, como si el Pau que yo tengo delante no es el Pau que yo conozco. Esbozo una sonrisa intentando calmar la desilusión y tristeza que tengo en mi pecho

- Claro que no me importa. Ve y pasátelo bien

- Vale. Luego nos vemos en tu casa -Pau me agarra de la cintura y me da un suave beso en los labios- luego celebramos tú y yo a solas que ya he acabado la selectividad

Aritmética PerfectaWhere stories live. Discover now