Pau Torres sintió por primera vez lo que era tener un flechazo. Aquella profesora sustituta que apenas había estado tres meses en su instituto había calado tan hondo dentro de su corazón que cuando volvió a verla de nuevo, sintió que ya no quería es...
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Violeta está nerviosa. Se lo noto en la cara y en el cuerpo. Me tiene agarrada de la mano y le tiemblan los dedos un montón. Le he dicho que tiene que estar tranquila porque aparte de que no va a pasar nada, al bebé no le conviene que ella esté nerviosa.
- Tienes que estar tranquila mi niña -le susurro en el oído mientras mi madre saca los licores para acompañar la bandeja de mantecados y turrón. Nos sirve uno a cada uno y Violeta rehúsa antes de que le sirva una copa.
- ¿Quieres una crema de licor de avellana mejor? -le pregunta mi madre
- Es que no me apetece mucho -le dice Violeta medio sonriendo
- Anda hija -le dice su padre a Violeta- bébete una copita. Así brindamos todos juntos. Que es una alegría que estéis los dos aquí con nosotros
- Papá...es que...
- Mójate los labios aunque sea cariño. No le hagas ese feo a tu suegra -dice él riéndose
Todos cogen sus copas menos Violeta y yo. Agarro su mano y ella me mira cogiendo aire con fuerza. Creo que ya ha llegado el momento de soltar la bomba.
- Es que Violeta no puede beber alcohol -les digo a los cuatro. Mi madre me mira algo sorprendida
- ¿Estás enferma cariño? -le pregunta Tasi preocupada
- No, no estoy enferma - responde Violeta mordiendose los labios
- ¿Y entonces cariño? Que mira que está bueno el licor de hierbas de la tía Berni
- Es que... estoy embarazada -le contesta ella suspirando con fuerza. Aprieto su mano sintiendo como Violeta retiene el aire
La habitación se rodea de un silencio preocupante. Nadie habla y todos nos miran. Veo a Tasi llevarse las manos a la boca llorando. Mi madre nos mira a los dos muy sorprendida y nuestros padres... bueno, el de Violeta mira a su hija con una adoración en sus ojos y el mío, el mío me mira casi sin creérselo.
- ¡No es verdad! -dice mi madre llorando
- Si lo es mamá. Violeta está embarazada de tres meses. Vamos a ser padres
Mi madre se levanta de la silla y viene hacia mi arrojándose a mis brazos para llorar desconsolada. La abrazo yo también sintiendo como también los ojos se me llenan de lágrimas. Luis, el padre de Violeta se pone en pie y va a abrazar a su hija terriblemente emocionado.
- Vamos a ser abuelos Antonio -le dice mi madre a mi padre mientras se cogen de la mano
Veo cara de felicidad en mis padres y eso me hace sentir mucho más tranquilo y aliviado. Me acerco a Violeta, a mi novia, a la futura madre de mi bebé y la abrazo atrayendola hacia mi cuerpo para después darle un pequeño beso en los labios.
Acabamos todos emocionados. No veo una mala cara por parte de nadie, ni un reproche ni nada. Les enseñamos la ecografía y otra vez lágrimas. Abrazo a mi madre sintiéndome la persona más feliz del mundo.
