Tres

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Dazai miraba el GPS tratando de ubicarse mientras cargaba a Atsushi y las bolsas de compras que traían los pañales y la ropa

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Dazai miraba el GPS tratando de ubicarse mientras cargaba a Atsushi y las bolsas de compras que traían los pañales y la ropa.

La verdad no había comprado nada para Atsushi. La comida la compro Kunikida y lo alimento él mismo, Dazai sólo se había encargado de cargarlo un par de veces y limpiarle el pañal.

No estaba listo para ser padre.

Atsushi venía profundamente dormido, ajeno a todas esas miradas que ambos recibían de todas esas mujeres enternecidas por el bebé y atraídas por el padre.

Y después de dar vueltas por casi toda la ciudad, pudo llegar al departamento que compartiría con Chuuya y el otro niño.

Abrió la puerta, y se encontró con Chuuya y su mirada asesina, listo para cualquier ataque.

"Hola, Chibi, no esperaba esta bienvenida. La verdad siempre pensé que algún día te ibas a hartar de mi y me ibas a terminar matando, pero nunca me imaginé que sería hoy"

Chuuya suavizo su mirada al no ver peligro.

"Callate, idiota, en la madrugada al venir aquí, un tipo gigante se me abalanzó" cambió su rostro serio a una sonrisa llena de orgullo "por supuesto, no pudo conmigo"

"Si, bueno, eso pasa cuando sales de madrugada"

El pelirrojo sólo rodó los ojos y se dirigio a la cocina.

"A propósito" volvió a hablar el castaño "¿Dónde está ese perro bebé?"

"No le digas así, imbécil" regañó "Está dormido en el sillón, pon a Atsushi ahí también si quieres."

"Sí quiero, ya se me estaban durmiendo los brazos" Dazai recosto delicadamente a Atsushi junto a Akutagawa.

"Por cierto, Gin e Higuchi te mandan un mensaje" le informó Chuuya quien se encontraba preparando algo de comer.

"¿Sí? ¿Qué dicen?" contestó sin mucho interés, sentandose en el otro sillón que no estaba siendo ocupado por bebés flojos.

"Que si le haces algo a Akutagawa, te espera una muerte lenta y dolorosa" lo dijo casualmente como si hablara del clima, mientras cortaba zanahorias.

"Ah, bueno, procuraré no hacerlo entonces." miró a ambos bebés dormidos, sus mejillas ligeramente sonrojadas y sus pequeñitas bocas abiertas.

Akutagawa portaba un mameluco negro, con un pequeño pañuelo blanco en su cuello, simulando la vestimenta del Akutagawa adulto.

"Dazai" llamó el pelirrojo, a lo que el nombrado sólo hizo un sonido, dando entender que tenía su atención. "¿Cuánto crees que duren así?"

"No sé si es algo permanente, Chibi, pero tal vez duren así unos meses."

"¿Crees que en esos meses crezcan?" empezó a servir en dos platos arroz y verduras.

Padres Temporales | SoukokuWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu