Las paredes blancas me traen un poco de tranquilidad, pero los cuadros con figuras de formas geométricas son inquietantes. ¿Por qué tenían esos colores sombríos? Ya ubique tres animales con solo verlo unos segundos.
—¿Tengo tu atención?.
—Si— digo volviendo mi ojos a él.
Es el doctor Harry, psicólogo del hospital, el mismo que me asignaron como parte del procedimiento.
—¿Cómo te sientes?.
—Bien.
—¿Necesito decirte que esta sesión es confidencial?.
Como si eso fuera cierto.
Mi rostro plasmado en los diarios como la nueva comidilla de todos no está lejos de lo posible, no para mi.
—¿Tuviste algún desmayo?.
Arquee una ceja.
¿Es una prueba?
—¿Aparte del que está en mi registro? — pregunto con la intención de no sonar tan grosera pero fallo.
El Dr. Harry sonríe y deja las hojas sobre su escritorio. Luego entrelazo sus dedos, encima de ellas.
—Solo quiero ayudarte. Dices que no tienes ningún desorden alimenticio ¿cierto?.
—Cierto.
—¿Quieres contarme porque dejaste de comer?
Solo si me hará salir rápido de aquí.
—Tenía un desfile y hubo cambios en el vestuario.
No pienso acusar a mi madre. Sería otra chisme para la prensa, la caída de LiMo.
—¿Quieres ser modelo?.
—No. Solo hacia un favor.
Empieza a escribir en un hoja.
Aprovecho en darle una mirada, tiene el cabello castaño oscuro y una camisa celeste abotonada hasta el cuello y una corbata que a simple vista es asfixiante, todo debajo de su bata blanca. Me fijo en lo que hay detrás de él, su estante lleno de libros, la mayoría son de gran volumen y tapas duras. Supongo que no tiene nada interesante para mi.
—¿Ya lo hiciste antes?— deslice mi mirada.
—No.
—Y ¿Fue buena idea?.
Suspiré bajando la cabeza y mirando mi regazo.
¿Intenta ser mi conciencia?.
—No.
—¿Por qué?
—Estoy aquí.
—¿Aquí?.
Tengo un pasado con doctores así. Casi nadie sabe hubo un tiempo donde empecé a tartamudear, mi madre enloqueció por la vergüenza que era que su única hija no hablara correctamente, era su condena según ella, me llevó de psicólogo en psicólogo para que solucionará mi problema, ninguno lograba nada, y se desquitaba conmigo. Puedo recordar sus golpes y mi llanto en las esquinas de mi habitación, acorralada como un animal indefenso. Pero fue nonna quien pudo ayudarme, me metió en el mundo de la lectura, los libros fueron mi salvación, leer en voz alta, articular y diccionar, eso logro que volviera hablar sin dificultad.
Es por eso que me cuesta tener una buena comunicación con los psicólogos, porque cada que volvía a casa y mi madre me preguntaba algo, sabía lo que se aproximaba. Ellos no pudieron ayudarme, solo querían averiguar porque la hija de Lilian Moore tenia ese problema.
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CUANDO TE VUELVA A VER [AMORES #1]
Teen FictionTRILOGÍA AMORES [1] Se dice que a la vida de una mujer llegan dos hombres. Uno es su alma gemela y el otro, el amor de su vida. Dos chicos distintos. Un pasado que persigue. Una droga que sobrevive. Un sentimiento imprevisible. ¿Podrá Harriet Moo...