🍃 Capítulo 6 🍃

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—¡Xiao You! ¡Xiao You!

Las delgadas y blancas manos de Xiao Xingchen movieron frenéticamente el cuerpo inconsciente de su compañero. El cual, empezó a despertarse poco a poco.

—Daozhang...—Susurro confundido mientras su conciencia volvía y salía de esa terrible pesadilla.

Xiao Xingchen exhalo aliviado y empezó a sonreír con alegría, con suaves toques comprobó el cuerpo del delincuente buscando alguna lesión.

—Xiao You ¿Estás bien? ¿Tienes alguna herida? ¿Quieres que busquemos un médico?

Eran demasiadas preguntas para el dolor de cabeza de Xue Yang. Todavía en su estado meditabundo su cerebro solo pudo pensar una cosa, Xiao Xingchen estaba muy preocupado por Xiao You. Sin poderlo evitar, Xue Yang hizo una mueca de molestia. Ese sueño... revelo lo más escondido en su corazón. Xiao Xingchen no tenía idea de por quien en realidad estaba tan asustado que pudiera salir lastimado, era Xue Yang. El cultivador demoniaco sabía que tan pronto como Xingchen descubriera su identidad, terminaría muerto. ¿Era normal estar celoso de si mismo? Porque ese mismo día, Xue Yang conoció muy bien esa sensación, empezaba a odiar a Xiao You.

Tanto tiempo negándoselo y convenciéndose a sí mismo que lo que sentía por Xingchen era odio puro y el deseo de venganza, queriendo solo conquistar a su enemigo para luego, cuando llegara el momento adecuado, restregárselo en su hermosa cara y decirle de quien se había enamorado en realidad.

Fue un verdadero idiota. Nunca pensó que el que empezó ese juego sería el perdedor, Xue Yang.

—Daozhang, estás sangrando—Comento en voz baja. Levanto su mano y con sus nudillos limpió la sangre que aún goteaba por su rostro preocupado.

—No importa—Xingchen negó emocionado porque Xiao You estaba bien—Ahora el asunto del espíritu resentido está resuelto, ya no habrá más problemas, pero ¿por qué no vamos a casa? Prepararé la cena y les contaré a A-Qing y a ti que fue lo que sucedió.—Termino de decir con una deslumbrante sonrisa.

—Soy Xue Yang.

Fue como si alguien hubiera detenido el tiempo. La manzana de Adán del Daozhang se movió de arriba a abajo frenéticamente mientras la saliva se esforzaba por pasar.

—¿Qué...? ¿Qué dices...?—Con la voz entrecortada intento preguntar. Las manos que estaban ayudándolo a levantarse del suelo, se detuvieron.

—Xiao Xingchen, soy Xue Yang.—Repitió con una respiración honda.

Xiao Xingchen se puso de pie con un rastro de enojo en su cara.

—¡¿Quién te dijo ese nombre?! ¡No! ¡Olvídalo! ¿Sabes que? No importa porque es una mentira, Xiao You es bueno, en cambio Xue Yang... ¡Es imposible!

Escucharlo de los labios del Daozhang fue más doloroso de lo que creyó, por fin después de recuperar la movilidad de sus extremidades, Xue Yang también se puso de pie.

—¡Yo soy Xue Yang!—Le explico casi gritando—Yo soy quien dejo ciego a tu querido amigo.—En el momento que la voz de Xue Yang sonó igual a la que Xingchen todavía escuchaba en sus pesadillas, dio un paso atrás, queriendo huir.

Xiao Xingchen se negó a creerlo.

—No... No puede ser cierto.—El delgado cuerpo comenzó a temblar ante el silencioso llanto sangriento—Xiao You, ¿Por qué me lastimas así? ¿Por qué quieres engañarme?—Sollozo con profundo dolor, abrazándose a sí mismo buscando consuelo con desesperación.

—¡Es verdad! Si no me crees, tócame, siente mi dedo o más bien la falta de el.

Xue Yang agarró a la fuerza la mano de Xingchen, y la llevo hasta la suya justo donde faltaba el meñique.

FāxiànWhere stories live. Discover now