🏮 Epílogo 🏮

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Las linternas escarlatas alumbraban la penumbra del bosque que era solo de ellos dos, no hubo invitados ni grandes banquetes solo los acompañaron los sonidos de los grillos y algunas aves rebeldes en las copas de los árboles. Se lograba escuchar el leve y casi nítido sonido de las personas en el mercado haciendo compras nocturnas pero como aparecía se desvanecía y volvía a reinar el silencio.

El traje rojo de seda bordado con exquisitos diseños de ave fénix y dragón, se abrió paso entre la maleza y el suelo tierroso, el velo le cubría el rostro rozando su nariz causándole leves cosquillas, menos mal que ya estaba acostumbrado a guiarse con los sonidos o si no, habría tropezado.

—Más hermoso que nunca, Daozhang.

El majestuoso taoísta envuelto en su traje de bodas se detuvo y extendió la mano en señal para que su futuro marido la tomara.

—No tengo idea como luzco, A-Qing solo dijo que me veía conforme a la tradición.—Confeso avergonzado.

Tanto sus mejillas como sus orejas combinaban con su bello traje, un resplandeciente rojo brillante.

Después de la revelación sobre la identidad de su amigo, Xingchen opto por decírselo a la joven quien no se lo tomo nada bien sin embargo, después ella misma confesó la verdad sobre su supuesta ceguera. Opuso resistencia cuando se enteró que Daozhang deseaba casarse con la cosa malvada pero comprendió que tenía que tolerarlo si ese bastardo hacía feliz a su ge-ge. Llegado el esperado día, A-Qing lo ayudo con su vestimenta y peinado, lo acompaño hasta el bosque donde harían las tres reverencias, le deseo lo mejor y se fue.

—Esa mocosa mentirosa, no sabe apreciar lo que es la verdadera belleza.—Le respondió agarrando su mano y encerrándolo en un abrazo.

Xiao Xingchen sonrió enternecido cuando sus manos sintieron la vestimenta diferente de Xue Yang. Sabía que estaba usando una abrigo de seda negro sobre su túnica escarlata bordada con dragones iguales a los de su ropa. Además llevaba puesto un sombrero negro con borlas rojas.

La pareja se abrazó en un cómodo y reconfortante silencio. Las yemas de los dedos de Xingchen fueron hasta el cuello de Xue Yang y trazaron la cicatriz en el, para luego bajar la cabeza y besar el lugar donde Shuanghua corto la carne, repartió suaves y tiernos besos en ella deseando calmar el dolor pasado.

—Lo siento.—Murmuro contra la cicatriz.

Xue Yang se rio en voz baja.

—Olvídalo, lo merecía. Sabes que al único que le perdonaría cualquier cosa es a ti.

Xiao Xingchen decidió por primera vez ignorar a su instinto y dejar que las cosas siguieran su camino. El tiempo paso y el comportamiento de Xue Yang hablo por si solo. Cuando dijo que todos sus momentos juntos fueron ciertos no mentía, pues todavía hacía reír a Xingchen con sus bromas que hacían rabiar a A-Qing. Dejando de lado los trágicos eventos que los unieron, Xingchen supo que de una u otra manera se habría enamorado de él. Por fin pudo conocer al verdadero Xue Yang, ese joven al lado de Jin GuanYao que le causo curiosidad. Conoció al verdadero Xue Cheng Mei, y Xiao Xingchen solo lo amo más.

No podía negarse la posibilidad de estar para siempre al lado de quien tanto amaba, por los errores del pasado.

Una ceremonia de solo dos personas pero llena de significado, anteriormente su vida ya era como la una pareja casada, incluso Xingchen, ya consideraba a A-Qing como la hija de ambos. Pero hacer esta ceremonia tan importante dejada por sus ancestros, era el recuerdo que quedaría grabado en su memoria hasta que su cabello se llenara de canas y abrazara a su esposo lleno con las arrugas de la edad.

Un estrecho camino de pétalos de rosas los llevaron hasta una antigua horquilla depositada con cariño sobre una manta de seda roja. La horquilla fue un regalo de BaoShan SanRen cuando Xiao Xingchen dejo la montaña, ya que ni él ni Xue Yang conocieron a sus padres este regalo sería usado como símbolo de sus progenitores.

Xiao Xingchen y Xue Yang se inclinaron juntando sus manos haciendo la primera reverencia al cielo y la tierra.

Después se inclinaron hacia la horquilla presentándole sus respetos haciendo la segunda reverencia hacia los padres.

Y finalmente, la tercera reverencia entre los novios.

Compartieron una taza de té entrelazando sus brazos y para finalizar la ceremonia Xue Yang se inclinó bajo el velo uniendo sus labios con sabor a limón y canela.

—¿Ya puedo decir que eres mío, Daozhang?—Pregunto sonriendo.

—Solo si yo también puedo reclamarte como mío.—Puntualizo Xiao Xingchen sobre los cálidos labios, sonriéndole a su ahora esposo.

—Siempre mi amor.

FāxiànWhere stories live. Discover now