Capítulo IV

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Los días pasaban y pasaban, salíamos a diferentes partes a realizar distintas actividades: cine, parques de diversiones, a comer, salidas familiares y muchas cosas más, en un parpadeo ya había pasado un mes, un mes en el que pude relajar mi mente y olvidarme por completo de los problemas de donde vivía, estaba lista para empezar de cero, estaba lista para volver a mi nuevo hogar, aunque seguía prefiriendo quedarme ahí y no volver, tenía un presentimiento inexplicable.

—No quiero irme. —chillé mientras  hacía un puchero— me quiero quedar aquí, puedo entrar a estudiar aquí.

—No. —la voz firme de mi madre me dio a entender de que no había manera de convencerla. 

Todo estaba listo, nos despedimos de todos rápidamente y tomamos un taxi, iba un poco aburrida, sinceramente no quería regresar, aquí habían más cosas por hacer, habían más personas por conocer, tal vez no era la mejor haciendo amigos y siempre estaba sola, pero podía aprender, podía aprender a ser una chica normal. El viaje se hizo completamente eterno, sentía que las horas pasaban lentamente a propósito, pero aún así llegamos.

—¿Sabías qué aquí celebran todo? —preguntó mi madre, yo la miré y negué con la cabeza—. Hoy en la noche saldremos para ver las fiestas.

—Esta bien, no hay de otra —sonreí hipócritamente. Eso no me animaba en nada.

La noche había llegado y tal como mi madre lo dijo, salimos a mirar todo lo que pasa en la celebración, juegos artificiales, castillos y la banda que tocaba con entusiasmo cada una de las canciones. Grabé con mi celular todo lo que llamaba mi atención y por segunda vez lo volví a ver, aquel chico arrogante del cual me había olvidado por completo, lo había visto de nuevo y mi corazón volvió a latir con rapidez ¿Tenía que ser tan lindo? Demonios.

—Ya sé lo que estás mirando —dijo mi madre. Pegué un leve brinco y di media vuelta.

—Ya basta mamá, no todo gira al rededor de ese chico. —musité, en ese momento sentí mis mejillas arder— tampoco es para tanto.

—No tiene nada de malo, esta muy guapo —confesó. Arquee una ceja y la miré confundida —, es la verdad.

Si mi madre lo decía era porque era así y tampoco tenía intenciones de contradecirla, era el chico mas lindo que había visto en mi vida y le gustaba la música, era mas valioso que el mismísimo oro, lastimosamente era de esos chicos que sabías con exactitud que jamás serían para ti, pero no podía evitar soñar despierta. La noche había terminado, fui rápidamente a la cama ya que al siguiente día debía despertarme temprano, era mi primer día en un colegio nuevo.

9 de Julio, mitad de año, martes para completar, mis manos temblaban por los nervios, veía mi nuevo salón desde afuera, quería salir corriendo. Sentía ese pequeño vacío en mi pecho, ese que te pone los nervios de punta, incluso podrías hasta llorar. Lo sé, ya era muy grande para esas tonterías, pero era lo que sentía ¿Qué podía hacer? No era posible evitarlo.

—¿Lista? —preguntó mi mamá, yo negué, tenía miedo de que pasara lo mismo que en mi antiguo colegio. Ser rechazada como un bicho raro.

—Bien vam... —dejé de hablar cuando vi al chico que me gustaba entrar al que sería mi salón.

¿Pero qué demonios le pasaba a la vida? ¿Cual era su necesidad de querer que me lo encontrara todo el tiempo? Era imposible, no quería estar con él, que casualidad tan grande la que me estaba ocurriendo. Me despedí de mi madre y entre al salón, una chica me recibió muy amablemente, pero solo podía pensar en que la teoría estaba confirmada, iba a estudiar con el chico mas lindo del mundo "Para mí" Esto ya es mucha coincidencia, mucha casualidad, algo sorprendente.

(...)

El día trascurrió normal o eso era lo que hubiera decido si tan solo no me fuera tomado el día para convertirme en una acosadora, sí, tal como lo dije, no le quitaba la mirada de encima a ese chico, se podría decir que si me preguntaran algo sobre la clase diría que me aprendí cada característica del rostro de ese chico, cada una de sus perfecciones y de sus imperfecciones, podía decir que lo conocía físicamente sin necesidad de preguntar.

—¿Te gusta Alex? —preguntó. La miré confundida, no sabía a quién se refería—. El chico que no has parado de mirar desde que llegaste.

—N-no —hablé algo nerviosa, pero parece que ella no lo notó ¿Tan obvia era? Qué pena—. Es solo que su cabello me gusta.

—¿Segura que es eso?—preguntó nuevamente. Yo solo asentí—. Eso me alegra, Alex es un completo idiota, perro y un presumido, lo odio. Te aconsejo que no te acerques a él o saldrás muy lastimada.

Vaya, apenas había llegado y ya estaban hablandome mal de mi amor imposible, pero no comprendía algo ¿Qué le hizo él a ella para que lo odiara tanto? Le preguntare más adelante, por ahora solo debo concentrarme en la clase o tendré serios problemas. Al llegar a casa mi madre me recibió con una gran sonrisa, le conté todo lo sucedido del día de hoy, ella me escuchó atentamente, agradecía tenerla conmigo, era la única amiga que tenía y la única que sabía cada uno de los secretos.

—No te distraigas, —dijo cuando le conté mi problema de acosadora— recuerda que viniste a estudiar, no a conseguir novio

—Lo sé mamá —rodeé los ojos—. Tampoco tengo intenciones en conseguir novio y menos uno así.

Empecé a buscar a Alex en mis redes sociales, lo sé, soy una maldita acosadora, pero no lo podía controlar, era hermoso. Por culpa de él estoy rompiendo mi promesa de concentrarme solo en mi estudio, pero no podía evitarlo. Seguía buscando hasta que por fin lo encontré, pero no le mande solicitud, no aún, aún era muy pronto para querer establecer una conversación con alguien que solo había visto tres veces, ojalá esté haciendo lo correcto.

Voten mis amores 💜💜🤩

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