Capítulo VIII

23 5 0
                                    

Después de aquel día tan emocionante, llegué a mi casa donde mi mamá me recibió con una gran sonrisa como solía hacerlo siempre, almorcé algo delicioso, me cambié de ropa y después de dejar mi bolso fuera de mi vista, me lancé a la cama suspirando fuertemente. Tenía que controlar mis impulsos o terminaría haciendo algo de cual me arrepentiría después y realmente no quería tener problemas, no como los que tuve en mi pueblo.

—¿Tu novio nunca te trae? —preguntó mi madre acercándose a mí. Yo la mire y asentí.

—Sí lo hace mamá, pero no hasta acá —ella asintió no muy convencida—. Por cierto, mira esto —dije mientras le mostraba el collar que Daniel me había dado.

—Está muy lindo —sonrió—. Por lo  menos es detallista contigo hija.

Realmente no era fanática de las cosas materiales, pensaba que cualquiera podría regalar algo sin sentir nada, para mí era más valioso el tiempo que alguien podría darle a otra persona;  los momentos, los recuerdos, las sonrisas etc. Esos que siempre se llevarán en el alma incluso después de la muerte. Después de esa corta conversación, seguí mirando mi celular, estaba a punto de entrar al chat cuando éste sonó, rápidamente contesté al mirar el nombre en la pantalla.

—Así que tienes novio. dijo la morena emocionada.


Hola ¿Cómo estás? Yo muy bien, gracias por preguntar. —ironizé haciendo que la morena riera— Sí, pero solo es por un reto o algo así, nada importante.

Lo sabía, siempre te sueles cuadrar a alguien por un reto o por una apuesta. —informó recordando eventos pasados.

—Ya Yuli, olvidate de mi pasado, me refiero a que fue un reto porque a mi me gusta alguien más. —seguido a ese le mandé una foto de él por mensaje para saber su opinión.

¡Oh pero que guapo y lindo! —exclamó con coqueteo—. Tienes que presentarmelo, igual tú ya tienes novio —despues de esas palabras decidí colgar.


La morena solía tener una personalidad demasiado lanzada, no era que me molestara, era mi mejor amiga y la aceptaba como era, pero eso no significaba que me tenía que aguantar sus comentarios hacía personas que a mí me atraían, eso era algo que ella tenía que respetar ¿Acaso me estaré esquivando de amistad? El tiempo lo dirá.


(...)

Otro día más, otro día de colegio, otro día que había pasado desde que le había confesado mis sentimientos a Álex, solo para que él sujeta que ya lo sabía, estupendo. Entré al salón y me senté en mi respectivo puesto, era 31 de julio, ya había pasado casi un mes desde que todo había comenzado, las cosas con Daniel iban empeorando o bueno, yo hacía que empeoraran, yo no quería nada con él, no era justo que lo estuviera ilusionando queriendo a otra persona, ya había cometido ese error, no lo quería volver hacer. Él no se merecía ser engañado y yo no merecía estar con alguien que no me gustaba.

—¡Ya estoy harta! —gritó Jade en un susurro mientras miraba a Álex.

—¿Ocurre algo? —pregunté confundida.

—Te sigue mirando. —informó. No sabía cual era su problema, pero nada podía hacer, yo no controlaba los ojos de él, además, a mí no me incomodaba.

En ese momento Alex salió del salón, yo lo seguí con la miraba y cuando me di cuenta ya estaba yo también afuera del salón, es como si mi cuerpo se moviera por inercia, no podía controlar mis movimientos cuando de él se trataba, era algo muy loco y nuevo para mí. Otra vez estábamos en aquel lugar donde nadie nos veía, solo estábamos él y yo, hablando sobre diferentes temas, conociendo más el uno del otro.

—Deberíamos de hablar más y mirarnos menos. —dijo de la nada. Yo lo miré y asentí.

Seguíamos hablando, formar una conversación entre ambos era muy sencillo, nos entendíamos bastante bien, como había dicho anteriormente, era como haberme encontrado a mí misma en versión hombre, una muy bonita casualidad. En un segundo, el comenzó a acercarse a mí, yo retrocedía al son que el avanzaba, llegue a un punto en el que estaba contra la pared, ya no podía retroceder y allí fue donde me beso, todo había pasado tan rápido que aún seguía sin poder procesar lo ocurrido.

Luego de un rato volvimos al salón, las personas ya empezaban a sospechar algo o al menos eso era lo que yo creía. Era inevitable no demostrar algo que nacía, si con tan solo una mirada los demás podían leer a la perfección lo que empezaba a crecer en mi interior, parecía una típica tonta enamorada, de esas que salen en los libros y yo era la protagonista. Después de un rato, tomé mi celular y escribí algo rápido sin llamar la atención del profesor, no era momento para regaños y realmente necesitaba mandar ese mensaje.

Perdón por el arrebato de ayer 😁 √√

Tranquila, la verdad me gustó 😏
Y el arrebato hoy me dio fue a mí.

Las cosas iban avanzando cada día más, no sabía hasta dónde me iba a llevar esto, mis relaciones nunca habían terminado bien, tenía un maldito karma que no me dejaba en paz ni un segundo y tenía miedo que esta relación también saliera mal ¿Qué haría después? Me estaba ilusionado bastante y temía por mi corazón. El karma era una mierda, una mierda llamado amor. 

 

¿Destino o Casualidad? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora