✦╭ᵒ❧ Capítulo XI: Lo que nos Une. ✦╭ᵒ❧

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Yibo tomó en brazos a los cachorros que ya mostraban evidentes signos de somnolencia y se volvió hacia el Alfa frente a él con una expresión difícil de descifrar por éste

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Yibo tomó en brazos a los cachorros que ya mostraban evidentes signos de somnolencia y se volvió hacia el Alfa frente a él con una expresión difícil de descifrar por éste.

—Gracias por todo, Xiao Zhan. Mis hijos la pasaron muy bien, y eso es todo lo que me importa —le agredeció con una sonrisa apretada y que rayaba a lo forzado. Por supuesto, el Alfa no supo como interpretar su comportamiento arisco.

—No tienes porque, Yibo. Nuestros hijos merecen tener el mundo entero, y si está en mis manos dárselos, voy a hacerlo con mucho gusto. —Xiao Zhan afirmó, esbozando una sonrisa eufórica y decidida, puntualizando que los mellizos también eran suyos, y no únicamente del Gamma como éste lo mencionó en un tono inmensamente posesivo.

—Mmm. No te lo recomendaría —señaló con una pizca de inquietud.

Xiao Zhan ladeó la cabeza sin comprender a lo que Yibo se refería con esa advertencia extraña.

—¿De qué hablas? Únicamente intento ser un buen padre para ellos. Recuerda que prometiste no negarme ese derecho, ¿o acaso comienza a fallarte la memoria? —intentó aligerar el tenso y crispado ambiente con una pequeña broma.

No funcionó.

En su lugar, Yibo apretó los labios en una perfecta línea y le miró a los ojos, directamente y sin parpadear; su rostro pálido y ojeroso se coloreó de un tenue carmín cuando una ráfaga de aire helado le abofeteó las mejillas sin miramientos. Por instinto, presionando los rostros adormitados de Bao Ming y Bao Yu contra la calidez reconfortable de su cuello, liberó un poco de su aroma y sintió como, de a poco, se acurrucaban contra él, siseando de gusto.

—Xiao Zhan, ya te dije una infinidad de veces que no estoy para...

—¿Mis bromas? —recibió un robótico asentimiento. Rió sarcástico—. Sí. Me ha quedado bastante claro.

—No lo parece —contradijo el Gamma mientras le fruncía el ceño. Fue entonces que Xiao Zhan adivinó el porque de su actitud arisca y odiosa para con él.

Seguramente Yibo se estaba reprochando no haber tenido la suficiente fuerza de voluntad para controlar su boca; pedirle que le besara en un arranque de inestabilidad le debió desestabilizar emocionalmente, a tal punto de entrar en pánico y abrir de nuevo una brecha de indiferencia entre ellos como modo de autodefensa.

Suspiró hondo y trató de no decir nada de lo que pudiese arrepentirse más tarde.

Wang Yibo era alguien muy complicado y peligroso. Si. Pero también, era un ser mentalmente inestable aunque no lo reconociese jamás. Debía irse con cuidado si no deseaba que éste se fastidiara con él otra vez y acabase hiriéndolo en el proceso sin siquiera notarlo. Aunque a juzgar por la mirada filosa y endurecida por la desconfianza que le lanzaba, pudo entender que ya estaba fastidiado.

No, irritado.

Yibo quería —de algún modo que le desconcierta— hacerle entender silenciosamente que no le necesitaba, y que era capaz, muy capaz de criar a sus hijos.

𝐋𝐚 𝐀𝐮𝐬𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞 ❥𝐙𝐡𝐚𝐧𝐘𝐢 |𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora