✦╭ᵒ❧ Capítulo XX: El Pasado siempre regresa. ✦╭ᵒ❧

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—Podrías dejar de ser un maldito desconsiderado y detenerte de una buena vez

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—Podrías dejar de ser un maldito desconsiderado y detenerte de una buena vez. —Yibo relentilizó sus pasos, tenía los pies hinchados y la espalda adolorida, a tal punto que ya no los sentía del todo. Bao Ming se había vuelto muy pesado este último mes y comenzaba a dificultarsele tenerlo en brazos. Por un instante, casi se lamentó no haberle echo caso a la sabia recomendacion del Alfa y traer su cangurera consigo, pudo mas su enojo—. Estoy agotado, Zhan.

Puchereó y puso esa misma expresión lamentable que infinidad de veces hizo a Xiao Zhan ceder a todo lo que saliese de su boca, pero, por supuesto, eso no iba a funcionar otra vez con él.

Casi podía decirse que el antiguo Yibo era lo suficientemente crédulo y puro como para siquiera darse a la penosa tarea de manipularlo con tal de salirse con la suya, él no poseía maldad alguna en su corazón y, en su lugar, Xiao Zhan siempre temió corromperle de alguna u otra manera, sin embargo. Este nuevo Yibo que no paraba de quejarse y soltar maldiciones por lo bajo, si que podía hacer lo que antiguamente no tenía el poder ni la valentía justa de hacer. Debía ser tan inteligente y astuto como él y no dejarse engañar fácilmente o desde luego que su poder como Alfa sería catálogado solo como un adorno... un adorno sin usar escondido en el ático.

Aunque lo amo, no puedo dejarle hacer su santa voluntad, concedió con resignación. Una vez ya le di demasiado espacio y al poco tiempo acabó en el hospital por mi falta de autoridad.

Xiao Zhan inhalo hondo, le miró por sobre su hombro izquierdo y agitó la cabeza con una sonrisa forzada, el Gamma necesitaba aprender a respetar los límites de una relación, y aunque su pecho dolía, la decisión parecía ser la mejor opción.

—Lo que sea que estés tratando de hacer no va a funcionar, Yibo —aseguró con ojos duros, volviendo su atención a los coloridos estantes—. Además, recién acabamos de llegar, así que no me vengas con ese cuento porque te lo advierto, no me harás dar la vuelta y regresar a casa con las manos vacías.

Yibo frunció la nariz y bufó con fuerza, claramente indignado por su desconfianza y su falta de empatía. Sí, aceptaba que tal vez exageraba un poquito, solo un poquito, pero él realmente si se sentía sin fuerzas para continuar avanzando, no estaba actuando del todo pero eso el Alfa lo ignoraba o sencillamente no lo quería reconocer.

Trastabilló en su afán de tratar de avanzar y seguirlo si no quería perderse en una gran ciudad a la que no acabó de conocer en su totalidad. Suspiró aliviado cuando logró detenerse a tiempo y sostenerse del borde de uno de los estantes de juguetes, recio a seguir o terminaría por colapsar con todo y Bao Ming encima, solo era cuestión de tiempo.

—¿De qué hablas? —apenas logró balbucear, más concentrado en tranquilizar su agitado corazón si no quería morirse del susto y, de paso, comprobar si su hijo estaba bien. 

Y lo estaba, solo así pudo soltar todo el aire que, sin saber, retuvo preso del pánico. El grueso abrigo color marrón que el Alfa le prestó y que innumerables veces rechazó, pero al final acabó usándolo, comenzaba a sofocarlo. Extraño, porque la temperatura rozaba los diez grados.

𝐋𝐚 𝐀𝐮𝐬𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞 ❥𝐙𝐡𝐚𝐧𝐘𝐢 |𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 ✓Where stories live. Discover now