Ducha.

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—Lamento que hayas tenido que mojar tus tenis y tu pijama —le dice Rollins a Carisi al caminar a la puerta de su apartamento.

—No, no te preocupes en lo absoluto por eso, Rollins —dice él—. Mis tenis y mi pijama son lo último que me preocupaban.

Amanda le dedicó una pequeña sonrisa.

Amabos entraron al apartamento.

—El baño está en el dormitorio. El agua caliente es la llave de la izquierda. Puedes usar cualquiera de los shampoos y toallas que están en la repisa —le dice Carisi cerrando la puerta—. Puedo dejarte en el baño una pijama mía en lo que pongo tu ropa en la lavadora.

—Carisi no es necesario... —le dijo ella.

—No es problema —dice él—. Adelántate, pondré un poco de té y en un momento te llevo la pijama.

—Gracias —dice Amanda y se dirige al baño.

El baño era pequeño, pero muy limpio y ordenado.

En una repisa había muchas toallas perfectamente dobladas, cremas y ceras de peinar y varios artículos de higiene personal.

Amanda se miró en el espejo. Realmente se había empapado.

Fue quitándose la ropa y colocándola en un rincón. Ya desnuda se metió a la ducha.

El agua caliente se sintió demasiado bien.

Rollins empezó a frotar un poco de shampoo en su cabello, que seguro teeminaría oliendo a hombre por el aroma masculino del producto.

Olió el shampoo, si efectivamente era el aroma de Carisi.

Carisi tocó la puerta.

— ¿Rollins? —preguntó.

— ¡Entra! —le gritó Rollins desde la ducha.

Amanda sólo escuchó como los pasos de Carisi sonaban al entrar al baño.

El cristal que daba a la regadera se había opocado por el vapor del agua, y era muy difícil distinguir alguna parte del cuerpo, pero si permitía ver una perfecta silueta femenina que ahora se duchaba del otro lado.

Carisi se quedó ahí embobado pensando como debía verse Amanda ahora mismo, como su cuerpo desnudo debía lucir.

Amanda esperó a que Carisi dijera algo, pero no escuchar nada se imaginó que Carisi debía estar del otro lado contemplándola. Esto hizo que un color cálido recorriera su cuerpo.

Trató de girarse y colocarse en varios ángulos para que lo poco que el cristal dejara ver a Carisi, lo viera bien.

— ¿Carisi? —preguntó Amanda después de unos segundos.

Carisi despertó de su fantasía.

—Si. Ah... mmm. Yo... aquí, aquí estoy —dijo torpemente—. Voy a dejarte la ropa sobre el banco del lavabo. Yo... hay unos bóxers totalmente nuevos por si quieres usarlos. Suelo tener por ocasiones de emergencia como estas, así que... no debes preocuparte —dice—. Llevaré tu ropa a la lavadora y la pondré a secar. Yo, te espero en la cocina afuera.

—Gracias —le dice Rollins.

Carisi sale del baño.

Rollins se queds bañándose por unos minutos más hasta que decide salir de la ducha.

Enrolla una toalla en su cabeza para secar su cabello. Con otra seca su cuerpo.

Toma los bóxers que Carisi le ha dado. Son unos Kalvin Klein, negros con pequeñas líneas rojas. También le ha dado una playera blanca oversize de "The Ramones", que al ponérsela le quedó como un enorme y cómodo camisón.

Se le ocurrió la idea traviesa de ahorrarse el pantalón de la pijama, además de que nunca le han gustado, tentar a Carisi con las piernas que ha ganado desde que sale a correr le pareció excitante.

Tomó un poco de crema corporal y huntó en sus piernas, brazos, manos y un poco en la cara.

Carisi la había visto sin nada de maquillaje o nunca en realidad, pero el agua caliente había dejado totalmente renovado y un poco rosado su rostro, por lo que tenía una pinta muy bella incluso al natural.

Se puso los crocks que Carisi le ofreció y una vez que estuvo lista salió del baño.

Carisi estaba en el sillón de la sala girando una cuchara en dos tazas de té.

Cuando Rollins salió de la habitación Carisi la miró embobado. Incluso en aquel estado tan natural, lucía como alguien podía patear tu trasero facilmente. Lucía hermosa.

"Oh... Díos... mío", pensó Carisi al ver las piernas desnudas de Amanda.

—Dejé el pantalón de pijama en tu cajón, espero no te moleste, pero me gusta dormir con muy poca ropa —le dijo Amanda dedicándole una sonrisa y un guiño sugerentes.

Carisi sólo alzó las cejas sorprendido, pero le sonrió de la misma manera y le dijo:

—No tengo ningún problema.

Rollisi: Todo cambia con un beso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora