¡De acuerdo, oficial!

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Cuando Amanda y Csrisi terminaron, ambos permanecieron esa posición; él sobre ella.

Carisi recargó su frente en la de Amanda, disfrutando de su delicioso olor corporal.

Amanda acariciaba sus mejillas.

—Ahora entiendo porque al tipo del que me contaste del bar le volaste los sesos —se rio Carisi acariciando su cabello —. Eres increíble. Y no sólo en esto...

Ella le sonríe.

—Lo sé —le responde—. Tú también lo eres, Dominick.

Él le sonríe. Y con un último beso se van ambos a dormir.

Esa noche Rollins durmió plácidamente abrazada de Carisi.

A la mañana siguiente, Amanda sintió unas suaves caricias en su rostro.

— ¿Ya es muy tarde? —preguntó ella con los ojos cerrados y acurrucándose más en Carisi.

Él sonrió y besó su mejilla.

—No, de hecho el despertador aún no suena, pero debemos irnos pronto si no queremos llegar tarde —acaricia su cabello.

Ella suspira.

—Sólo cinco minutos más, por favor —suplicó ella, mirándolo a los ojos y acariciando su pecho.

Carisi suspiró.

Sabía que no podía negarle nada a esos preciosos ojos azules.

—De acuerdo —le dio un beso en los labios y se recostó junto a ella, mientras siguió acariciando su pelo y ella su pecho.

El tiempo pasó demasiado rápido.

Carisi le dio un beso en la mejilla y se sentó en el borde de la cama.

Amanda acarició su espalda.

—Normalmente la mañana después del sexo no puedo esperar a que el chico se vaya —se ríe—. Hoy no es así. No quiero que termine, pero debo ir a ver a las niñas.

Carisi sobó su brazo.

—Yo tampoco, Amanda —admitió—. Fue por mucho la mejor noche que he pasado con alguien —la acaricia—. Ya lo solucionaremos —le sonríe y se inclinó hacia ella—. Para tu mala suerte quiero esto para el resto de mi vida —y le dio un pequeño beso en los labios.

Amanda le sonrío con ojos brillantes mientras él rodeaba la cama en busca de su pijama.

—Tampoco voy a cansarme si voy a verte así todas las mañanas —le dice ella desde la cama.

Carisi le guiñó un ojo mientras se colocaba el bóxer y el pantalón de la pijama.

—Lo sé, los italianos somos irresistibles —se ríe.

Amanda también suelta una enorme carcajada.

—Iré por tu ropa al cuarto de secado, ahora vuelvo —dijo—. Puedes ducharte si lo deseas.

—Gracias —le sonrió ella levantándose de la cama, dejando la sábana atrás y dejando al descubierto su desnudez.

Carisi se detuvo en seco para mirarla una vez más.

—Si no dejas de mirar llegaremos tarde —le dice Rollins.

Carisi sólo hace un gesto divertido y sale de la habitación.

Amanda entra al baño y abre la regadera.

Carisi tocó unos minutos después.

—Dejaré tu ropa en el lavabo —dice él—. Esperaré afuera a que termines.

—Carisi —lo llama ella antes de que él de vaya.

— ¿Si? —contesta él.

—No tienes que esperar. Sólo entra.

Una sonrisa iluminó el rostro de Carisi.

Se deshizo de nuevo del pantalón y entró a la ducha con Amanda.

Ella estaba de cara a la regadera, por lo que lo único que Sonny podía ver era esa escultural espalda y ese asombroso trasero suyo.

Se acercó por detrás, la abrazó por la cintura y aprovechó para darle un beso en el cuello.

Amanda inclinó la cabeza hacia atrás debido al delicioso roce de Carisi, tanto en su cuello como detrás.

Amanda se giró y lo besó. Después tomó shampoo en sus manos y empezó a masajear el cabello de Carisi, pero el jabón resbaló a sus ojos.

— ¡Au! —de rio él.

— ¡Lo siento! —se rio ella también.

—Yo me encargo —dijo él y se llevó las manos a su cabello y empezó a lavarlo.

Siguieron enjabonándose entre risas y miradas curiosas.

Cuando empezaban a tumbarse el jabón acumulado Amanda recorrió con sus manos el pecho de Carisi, llevando el líquido hacia abajo.

Carisi hizo lo mismo con sus brazos, cintura...

Amanda se acercó al cuello de Carisi y empezó a besarlo.

Carisi recorría con sus manos la espalda baja de Rollins y descendía hacia su trasero.

Carisi se hizo un poco hacia atrás sólo para buscar los labios de ella.

La ferocidad se apoderó de ellos.

Carisi la tomó de la nuca con una mano y de la cintura con otra, atrayéndola hacia él.

Amanda acariciaba su espalda con las manos.

No hablaron en lo absoluto, sólo se concentraron en el tacto de sus cuerpos con el agua.

Un poco después, Carisi llevó a Rollins sobre su cintura y entró en ella.

Rollins se movió junto con Carisi y pronto ambos alcanzaron el orgasmo.

Un gemido de Rollins había resonado en el eco del baño, lo que había llevado a Carisi a reír y besarla. Jamás se cansaría de escuchar esos sonidos de ella, sonidos que él le provocaba.

Cuando ambos terminaron, Carisi la colocó de nuevo en el suelo.

Ambos tomaron toallas, se secaron y salieron del baño.

Cuando vieron la hora ambos maldijeron y se cambiaron a toda prisa.

Carisi entró al baño a peinarse, en lo que Amanda alisaba su cabello viéndolo maniobrar desde la puerta del baño.

—Me llamarás loca, pero solía imaginarme que hacer ese espectacular peinado tuyo debía llevarte horas —dice ella—. Ahora veo que es cierto —se ríe.

Él también.

—Si. Pero tú Rollins, sólo cepillaste tu cabello cinco minutos y quedaste perfecta,  no todos tenemos tu suerte.

Ella sólo le sonrió.

—Eres encantador, pero llegaremos tarde, date prisa, abogado —dice alzándole una ceja para después dirigirse a la sala.

— ¡De acuerdo, oficial! —le gritó desde el baño.

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⏰ Last updated: Sep 18, 2021 ⏰

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Rollisi: Todo cambia con un beso.Where stories live. Discover now