SNK: -"la última bruja"
el clan Ilazki era uno de los mayores misterios para todos los que alguna vez preguntaron sobre el mismo. nadie sabía con certeza las atrocidades por las cuales las mujeres de ese linaje habría pasado pero si se tenían rumore...
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0.40.
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bienvenida
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El bostezo que la azabache soltó fue suficiente para que los demás también lo hicieran, fue algo en cadena que provocó que incluso ella misma volviera a bostezar. Movió su cabeza y la apoyó sobre la mesa con cansancio, no había hecho nada pero se aburría haciendo absolutamente nada en todo el día.
—¿Quieren jugar al ajedrez?— Reiner preguntó,apoyando su mano en su mejilla. Los presentes negaron y con esto soltó al peón que sostenía entre sus dedos.
—Te gane cinco veces, me aburrí— Astra comentó.
—¿Pulceadas?— Aristeo se incorporó sobre si para poder observarla, pero entonces también negaron.
—Quince victorias consecutivas, incluso cuando lo intentaron todos juntos perdieron— otra vez la azabache acotó casi balbuceando debido a que se estaba durmiendo sobre la mesa.
—¿Que hay de las cartas?—Connie preguntó pero no tuvo respuesta por al menos unos segundos hasta que finalmente Astra comentó.
—Mike las escondió, yo se las robe pero olvide dónde las guarde.
—Y pensar que dicen que eres inteligente— otra vez Aristeo comenzó cruzándose de brazos, Astra levantó su cabeza y lo observó.
—Claro que soy inteligente, niño bonito mira, hazme una pregunta— ella se apoyó en el respaldo de la silla y cruzó sus brazos con aires de superioridad.
—¿Cuánto es dos más dos?
—Pfff... Cinco.
Un silenció sepulcral se hizo en la sala, Aristeo se la había quedado viendo mientras que los demás parecían incluso calcular la maldita respuestas correcta, Reiner miraba su mano y aparentemente contaba con sus dedos para ver el resultado, cuando lo tuvo entonces habló.
—No..., creo que es cuatro.
—¿Cuatro?— Astra preguntó y golpeó la mesa con sorpresa, miró hacia Connie rápidamente, este no estaba contando si no que sonreía abiertamente. —Connie, ¿cuánto es dos más dos?
—Cinco— respondió mirándola fijamente.
Aristeo abrió su boca para hablar pero por alguna razón pensó que sería estúpido por lo que solamente tomó su taza de té negro y dió un pequeño sorbo. Mientras Astra parecía sumar con los dedos para asegurarse que fuera cinco, los demás merendaban en completo silenció como si fueran a matarlos por hablar. El olor a madera entraba por las fosas nasales se cada uno de ellos y aún que habían limpiado el recinto más de una vez por ordenes de Levi, el polvo seguía ahí.
