CAPÍTULO 5: RECUERDOS

80 5 39
                                    

CALLIE

22 de mayo, 2019.

Nunca me ha disgustado el instituto. Últimamente ando de peor humor, pero aún así me levanto todas las mañanas e intento poner mi mejor sonrisa para venir aquí. No quiero demostrar que me encuentro algo decaída.

Andando por los pasillos me cruzo con el grupo de Andrew.

Ay, Andrew...

Ojalá me vieses de otra forma, y no solo como la hermana pequeña de tu mejor amigo o como la mejor amiga de tu hermano pequeño.

Mírame. Nótame. Por favor.

Sigo andando, porque no quiero parecer una psicópata ni una acosadora por mirarlo demasiado tiempo.

Horas después, acabo las clases y recojo mis cosas de la mesa, lista para irme a casa. Peter está enfermo y se ha quedado durmiendo, por lo que no tengo que esperarlo.

Voy hacia la parada de autobús, como todos los días.
Sin embargo, hoy es diferente.

–¡Callie! –escucho su voz. Imposible.

Me giro y veo a Andrew mirándome con una sonrisa de oreja a oreja.

–Ho... Hola.

–Te he visto y he pensado que quizá podríamos ir juntos andando a casa.

¿Estoy soñando? ¿Se está ofreciendo a acompañarme a casa? ¿Quiere ir conmigo?

–Eh... sí. Claro. –Sonrío nerviosa–. Pero, ¿por qué quieres ir conmigo?

Él sonríe con gesto tierno.

–¿Por qué no? Me apetece hablar un rato contigo.

No puedo evitar sonrojarme, y agacho la cabeza para que él no lo note.

–De acuerdo, vamos.

Se coloca a mi lado y emprendemos la caminata hacia nuestro barrio, que no queda muy lejos, pero sí lo suficiente como para que nos dé tiempo a hablar.

Al principio todo es incómodo. Estoy demasiado nerviosa, llevo muchísimo tiempo enamorada de él. ¡Y por fin estamos solos, hablando y riendo juntos! No puedo desperdiciar esta oportunidad.

–¿Sabes, Callie? No sabía que eras así de divertida.

–Ya, bueno. Tengo mis momentos.

En realidad no soy tan divertida, pero los nervios me hacen soltar comentarios extraños y eso es lo que causa gracia. Lo pienso pero no lo digo.

–Podríamos repetir esto. Me ha gustado volver contigo. Hacía demasiado que no hablábamos así.

Nunca habíamos hablado así.

–Me encantaría repetirlo –digo ilusionada.

Quizá si hubiera entendido que el mundo no es una fábrica de deseos, jamás habría respondido eso.

^^^

15 de junio, 2019.

Andrew viene a buscarme a casa. Me ha invitado a merendar en mi sitio favorito de la ciudad.

Llama al timbre puntual, a las 18:30. Sabe lo importante que es para mí la puntualidad, aunque a veces yo misma sea un desastre y llegue tarde.

Abro la puerta y me recibe con su particular sonrisa cálida. La sonrisa especial que solo me regala a mí.

–Hola, Call. Estás preciosa. –Me da un beso en la mejilla, agarrando mi cintura en el proceso.

SaudadeWhere stories live. Discover now