CAPÍTULO 8: LA INSEGURIDAD

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ANDREW

Mi teléfono comienza a sonar justo cuando salgo de la ducha.

Me pongo una toalla alrededor de la cintura y corro a atender la llamada. Sonrío involuntariamente al ver el nombre de mi chica en la pantalla y procedo a contestar.

–Hola, cielo.

–¡No te lo vas a creer!

Me sorprende su entusiasmo, pero Callie siempre ha sido una persona muy alegre y que aprecia hasta el mínimo detalle, así que en lugar de darle muchas vueltas decido bromear un poco para romper el hielo.

–¿Un meteorito viene hacia la tierra y me llamas para que sepa lo mucho que me quieres?

Ella suelta una carcajada que es música para mis oídos.

–No, idiota. –Juro que puedo verla poner los ojos en blanco por mi comentario.

–¿Entonces?

–Necesito un redoble de tambores.

Simulo el ruido de unos tambores durante unos segundos para crear expectación tal y como me ha pedido.

–He recibido una llamada muy importante esta mañana. –Hace una pausa que se me antoja eterna–. Me han ofrecido exponer mis fotos en una galería dentro de dos días.

Comienza a chillar de la emoción y a mí se me llena el pecho de orgullo.

–Dios mío, eso es increíble. Enhorabuena, te lo mereces más que nadie.

–¿De verdad piensas eso?

–Por supuesto que sí.

–Estoy muy nerviosa. Demasiado, para ser precisa.

Mi cabeza comienza a funcionar con velocidad y suelto la primera idea decente que se me ocurre.

–Vístete, paso por tu casa en media hora.

–¿Qué? –Callie se sorprende ante el cambio de tema. Aunque en realidad no sea eso.

–No creerás que voy a dejar pasar la oportunidad de celebrar esta increíble noticia, ¿no?

–No hace falta que celebremos nada, cariño...

–Pues claro que hace falta –contesto con obviedad–. Cámbiate y vamos a comer algo para celebrarte, Call.

–Bueno, está bien –cede–. Nos vemos ahora.

–Te quiero –suelto, aunque soy muy consciente de que ella no lo dirá de vuelta.

La semana pasada le dije que la quería, y ella me aclaró que todavía no estaba lista para decirlo. No tengo ningún problema con eso. Cada persona necesita su tiempo y querer a alguien es un sentimiento muy fuerte y grande que requiere muchas cosas.

–Adiós, rubito.

Cuelgo el teléfono con el corazón lleno por el orgullo que siento. No miento cuando digo que se merece esta oportunidad más que nadie. Pocas personas saben lo muchísimo que trabaja y la pasión con la que lo hace.

SaudadeHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin