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Atención: si ya sabes que sucederá en este capítulo, por favor no comentes nada al respecto, pues estarías arruinando la lectura de aquell@s que no saben que pasará. Gracias por la atención.

Comenzó por casualidad...

Con una escena inevitable...

Una hermosa capa roja...

Que parece huir de mi...

En lo profundo de aquel bosque oscuro y frondoso, un asustado venado huía de aquel animal que corría tras él, para convertirlo en su alimento. Aquellos brillantes ojos azules no se apartaban de la parte trasera del animal, hasta que finalmente pudo capturarlo y acabar con su vida.

Estuvo satisfecho cuando el cadáver estuvo bajo sí, inerte, por lo que sacó una pequeña navaja hecha de hueso, comenzando a desmembrar al animal. Echó la carne en un saco de piel que llevaba colgando en su espalda y comenzó el largo camino de regreso a casa.

Lavó su rostro, manos y parte del cuerpo en un pequeño lago cercano a sus tierras y descansó un poco.

Debía ser cuidadoso, ya que también estaba en zona de cazadores. Estúpidas personas que habían decidido construir sus casas tan cerca de ellos.

Después de recuperar las energías suficientes, avanzó nuevamente. Paralizándose al momento en que un pequeño sonido se hizo presente en el entorno. Rápidamente subió el saco a la rama un árbol para asegurar su comida y se escondió entre unos arbustos, estando atento a lo que pudiese salir de aquel pequeño sendero.

Claro, no se esperó ver aquello.

De entre los matojos del bosque, emergió una pequeña niña que llevaba entre sus manos una pequeña cesta con flores, sin embargo, esto no fué lo que llamó su atención, si no aquella persona que iba tras de la niña.

Un chico rubio de aura radiante, con un par de ojos dorados espectaculares y unas largas pestañas que solo lograban enmarcar más lo inmaculado de su rostro. Alto, cuerpo torneado, atractivo y llamativo con aquella caperuza roja que llevaba puesta.

No pudo apartar sus ojos ni un segundo de ese joven chico.

Observó el saco que colgaba unos metros más arriba de sí y luego al cielo, por unos minutos, antes de comenzar a seguir a aquellas personas. Escondido, los observaba, vigilaba y se mantenía alerta en caso de que tuviese que ayudar. No era mala persona y aunque se trataran de humanos, debía tener en cuenta que uno de ellos, era una cría.

Una ley en su manada era proteger a las crías de todo peligro.

Cuando estuvieron cerca del pueblo humano, dejó de seguirlos. Esa era zona peligrosa, por lo que se la estaba rifando demasiado. Tenía la impresión de que habían apresurado el paso, puesto que un olor amargo llegó a sus fosas nasales ¿Lo habían descubierto? Esperaba que no.

Una vez estuvieron fuera de su vista, se dió vuelta y regresó al lugar en donde había dejado su comida. Por suerte nadie había notado nada y todo estaba en buenas condiciones aún. Bajó el saco con cuidado de no hacer ruido excesivo y observó por última vez aquel sendero.

Luego retomó su propio camino entre el bosque.

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Casi atardecía cuando regresó con los suyos, ingresando rápidamente a su cueva para guardar un poco de comida y dar el resto a su manada, tal y como sus compañeros hacían cuando cazaban.

-...Kasamatsu-San, bienvenido...—Saludó el castaño, adentrándose en la cueva, sonriéndole—...Huele bien...—Murmuró, olfateando la carne que se cocía en aquella fogata.

-...Fué una buena caza...—Rió al verlo olfatear. Era tierno—...Ven, Furi. Te daré un poco...—Ofreció y se levantó para buscar otro tazón de arcilla—...Se ve que tienes hambre...—Rió ligeramente al verle enrojecer.

-...Últimamente los cazadores no traen mucho...—Comentó, sentándose frente a la fogata, no muy cerca de esta—...Los humanos les quitan la presa antes de que puedan atraparla... —Pucheó.

-...Argh...Esos tontos humanos...—Yukio hizo una mueca y se acercó nuevamente, revisando que la carne no se hubiese quemado. Sacó un trozo, lo colocó en el tazón y se lo entregó al joven castaño—...¿Qué ha dicho Kiyoshi?

-...Los patrulleros aún no encuentran una buena zona para movernos, papá ha estado algo estresado. Ya sabes. Cada vez somos menos...—Gruñó—...No hacemos nada malo y nos cazan, no los entiendo...—Observó el alimento y sonrió—...Gracias, Kasamatsu-San.

-...Ya verás que pronto encontrarán un buen hogar...—Le sonrió y despeinó sus cabellos—...Por lo pronto, tratemos de estar lo más alejados posible de ese pueblo en el bosque...—Habló y luego se golpeó mentalmente al ver la expresión de confusión en el castaño—...Furi...

-...Kasamatsu-San...—Le miró serio—...¿Has estado cazando en la zona de los humanos?

Yukio se rascó la nuca, desviando su mirada mientras por su frente, una gota de sudor se deslizaba. El contrario suspiró pesado y negó varias veces.

-...Hay presas más grandes...—Trató de explicarse, mas la mirada contraria no dejaba de ser reprimente—...Hay cachorros recién nacidos, Furi, no podía hacerlos pasar hambre.

-...Pero...es peligroso...—Frunció ligeramente el entrecejo.

-...Te juro que soy cuidadoso...—Se sentó a su lado y tomó su propia porción de carne—...No he sido visto en ningún momento. Tampoco es como que fuera directamente al pueblo y los saludara...—Rodó los ojos.

-...Aun así...—Le dió una ligera mordida en su hombro—...No debes exponerte así al peligro ¿Qué pasará si alguien empieza a notar tu presencia?

-...Nop...Eso no pasará...—Negó y mordió su carne cocida, quemándose la lengua en el transcurso, mas no lo demostró.

El castaño entrecerró su mirada, dudando de lo que decía, mas lo conocía lo suficiente como para darle un poco de confianza.

Después de todo, el pelinegro no era un tonto como para hacer algo que pudiese poner en riesgo su propia vida.

-...De acuerdo. Te creeré...—Suspiró derrotado—...Pero si algo pasa...

-...Lo sé, lo sé...—Rió y mordisqueó sus orejitas castañas a modo de juego—...No le des tantas vueltas al asunto ¿Sí?

-...No quiero perder la cola más suavecita de toda la manada...—Rió y tomó la oscura cola ajena, acariciándola—...Es muy buena almohada por las noches.

-...Pequeño tonto...—Rió y lo abrazó.

Un rempálago sonó a lo lejos, como si fuese el indicio de que algo se estaba acercando...

The wolf that fell in love with Little Red Riding Hood [KiKasa]Where stories live. Discover now