🐺IV🐺

33 1 0
                                    

Atención: si ya sabes que sucederá en este capítulo, por favor no comentes nada al respecto, pues estarías arruinando la lectura de aquell@s que no saben que pasará. Gracias por la atención.

Ryota estaba acostado en la cama de su habitación, mirando fijamente por su ventana.

¿Qué había sido eso?

Frunció ligeramente el ceño y con cuidado se sentó en su cama, tratando de recordar lo que había pasado el día anterior.

-...Deberías estar descansando...—Habló el moreno, entrando con un humeante tazón en manos—...Tu madre manda esto y pide que lo comas...—Dijo y dejó aquello en la mesita junto a la cama, para luego retirar el paño que el rubio llevaba en su frente.

-...Aominecchi...—Le miró fijamente por unos segundos y decidió preguntar—...El muchacho...

-...¿Muchacho? —Aomine, quien estaba remojando el paño en agua fría, detuvo sus movimientos y le miró, confundido.

-...Sí...—Asintió lento y un poco mareado—...El muchacho que me ayudó ayer...—Daiki le ayudó a volver a recostarse en la cama—...Él...

-...Kise, creo que estás atontado por el golpe que te diste...—Rió y le colocó nuevamente el paño en la frente al confundido rubio—...Ayer no había nadie contigo. Estabas solo ¿Recuerdas?

Kise frunció el ceño. No. Estaba seguro que solo no había estado. Un chico lo había ayudado y si no fuese porque su cabeza dolía horrores, se esforzaría por recordarlo totalmente. Observó el tazón junto a la cama. El moreno lo imitó y lo tomó el manos, probando un bocado, antes de empezar a alimentarlo.

No quería que lo que fuese ese extraño caldo, matara al rubio.

Y mientras Ryota comía, no dejaba de pensar que, quizás, cuando mejorara, volvería al bosque a agradecer al joven que lo había salvado.

▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓

Kasamatsu estornudó fuertemente y sacudió su nariz, temblando, aferrándose a la capa extra de piel que el castaño había llevado para él.

-...Solo a usted se le ocurre salir en media tormenta, Kasamatsu-San...—Regañó, agregándole algo de carne al caldo que se cocía frente a ambos.

-...No creí que ¡Achú! —Moqueó—...No creí que me resfriaría tan fácil, Furi...—Frotó sus manos, tratando de darse calor. Tenía mucho frío y como aún estaba lloviznando un poco, este se había incrementado bastante.

-...Aún no comprendo ¿Qué hacía en el bosque Kasamatsu-San? —Preguntó, curioso, probando el caldo, verificando que estuviese bueno. Relamió sus labios, satisfecho con el sabor y comenzó a servirle un poco en su tazón de arcilla.

-...Cazar...—Contestó rápidamente—..Necesitamos cada vez más comida...—Tembló—...Fuí por otra presa. La lluvia me atrapó repentinamente...—Mintió, tratando de no verle a la cara o sabría que estaba mintiéndole.

Furihata le miró y cuando estuvo apunto de hablar, dos personas irrumpieron en la cueva.

-...Cuando me dijero que habías llegado, y que tu estado no era bueno, pensé que era una broma...—El castaño le miraba desde arriba, sonriendo de lado—...¿Qué pasa, Kasamatsu? ¿Ya olvidaste el aroma de las tormentas? —Comentó burlón, a lo que fué golpeado por el pelinegro a su lado—...¡Junpei! ¡Eso me dolió! —Le gruñó a su pareja. Este le devolvió el gruñido.

-...No les prestes atención, Kasamatsu-San...—Murmuró Kouki y se acercó con el tazón en manos, ofreciéndoselo—...Mejor come. Este caldo te ayudará a pasar el frío...—Le sonrió.

The wolf that fell in love with Little Red Riding Hood [KiKasa]Where stories live. Discover now