🐺V🐺

35 1 0
                                    

Atención: si ya sabes que sucederá en este capítulo, por favor no comentes nada al respecto, pues estarías arruinando la lectura de aquell@s que no saben que pasará. Gracias por la atención.

Seguramente tomarás este camino una vez más...

Aburrido en su escondite, Yukio no sabía que hacer. Al menos fué así hasta que escuchó el frotamiento de las hojas de aquellos arbustos de los cuales emergió aquel rubio que no pensó, volvería a ver.

Aún si no puedo hacer nada cuidaré que en tu camino a salvo estes...

Cuidando que no lo viese, volvió a seguirlo hasta aquel prado en donde lo vió recostarse nuevamente en aquel árbol. Parecía gustarle.

¿Iba a dormir ahí de nuevo?

Parecía que no aprendía la lección.

Le vió juguetear con un par de flores, cosa que llamó su atención, ya que no llevaba cesta esta vez. Entonces ¿Qué estaba haciendo ahí?

▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓

Kise estaba nervioso. Otra vez estaba en ese bosque y, aunque el día estaba muy soleado, no podía evitar sentir miedo por el accidente que había tenido, días atrás. Anduvo por varios minutos, hasta que aquella sensación lo invadió de pronto.

Lo observaban.

Ese chico lo observaba desde algún lugar. Tratando de parecer lo más natural posible, observó cada lugar de su entorno para tratar de encontrarlo, mas no lo lograba.

Se enfadó consigo mismo.

Llegó a aquel prado que su hermano le había mostrado y volvió al árbol en donde se estaba acostumbrando a descansar. Jugó con un par de flores, antes de que una idea hiciera click en su mente.

Bostezó, cerró sus ojos y fingió dormir.

Pensó que no funcionaría, hasta que, después de varios minutos, observó, abriendo muy poco uno de sus ojos, como un par de arbustos se agitaban y luego, de él emergió una persona.

O eso quería pensar que era.

Observó como se acercó hasta quedar a unos poco metros de donde se encontraba. Le miraba fijo.

Lo contemplaba.

Lo hacía sentir especial, de una manera extraña, pero lo hacía.

Supo que habían pasado varias horas, puesto que su cuerpo se estaba adormeciendo por estar en una sola posición. Cuando dió indicios de despertar, el joven huyó, nuevamente hacia los árboles de donde había salido. Le causó un poco de gracia, así que fingió despertar, sonriendo. Se estiró y miró a todos lados, sobre todo a aquel árbol en donde, sabía, se encontraba escondido.

Observó las flores a su alrededor y recordó la bonita corona que su hermana había hecho antes.

Quizás intentaría hacer una también.

En el camino de regreso, la sensación de ser observado lo siguió, hasta que llegó al pueblo. Sonrió, era tan extraña la forma en la que su cuerpo se agitaba ante todo lo que estaba pasando.

Como si estuviese en peligro, pero a la vez no.

Tan embrigante.

-...Por fin regresas...—Gruñó el moreno, sentado en las escaleras de la entrada de su casa.

-...¿Estuviste aquí todo este tiempo? —El rubio le miró sorprendido cuando este asintió—...Mmmm...Pero no teníamos planes para hoy ¿O sí? —Hizo amago de recordar mas el moreno negó antes—...Entonces ¿Porqué...?

-...Midorima y la pulga esa nos invitaron a su fiesta de compromiso...—Dijo y le entregó un sobre que sacó de su pantalón—...Vine a entregarte la invitación.

-...Oh vaya, entonces ya es oficial...—Murmuró, tomando el arrugado papel en sus manos—...Debe ser lindo estar tan enamorados como para dar este paso...—Sonrió ilusionado.

-...No debes preocuparte, algún día, tu y yo nos casaremos también...—Sonrió de lado—...Y va a ser fantástico. Muchas personas, mucha comida, mucho licor...—Babeaba de solo pensarlo.

Ryota rodó los ojos y negó varias veces, antes de reír.

Aomine si que tenía una imaginación muy peculiar.

▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓

-...Serías un padre muy bueno, Kasamatsu...—Habló Hyuuga, acercándose a donde se encontraba el oji-azul, jugando con los cachorros—...¿Seguro que no quieres casarte con mi Kouki?

-...Me halaga que piense que soy un buen partido para su hijo...—Sonrió, dejándose mordisquear por los cachorros—...Pero no tengo ese interés en él.

-...Supongo que haberlos criado juntos no fué buena idea...—Rió ligeramente y se sentó, recibiendo a algunos de los cachorros que fueron a jugar con él también.

-...Un poco, sí...—Asintió y se echó al piso, venciéndose ante las crías—...Es solo un buen amigo, casi un hermano...—Suspiró y volteó a verle—...También creo que solo soy una excusa para que Furi no se vaya con Akashi-Kun ¿Verdad?

-...Ese molesto solitario...—Gruñó, asustando un poco a los menores—...Si cree que se quedará con mi bebé, está muy equivocado.

-...Si supiera que su hijito piensa escaparse de la manada con él...—Pensó y negó varias veces, sonriendo—...Bueno, les deseo suerte. Ese macho parece muy, demasiado insistente.

-...Mal augurio, mal augurio, Kasamatsu...—Tembló y siguió jugando con los cachorros.

▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓

Nuevos días. Nuevas idas al bosque.

Vuelves a ocultarte detrás de aquel árbol como siempre haces...

Mientras yo paso como siempre lo hago, aparentando no notarlo...

Kise ya se estaba acostumbrando a la sensación de ser seguido y observado. Aún le era gracioso el hecho de que ese joven le mirase desde lejos, aunque también le causaba curiosidad.

¿Porqué no se acercaba a charlar?

Una semana estuvo yendo y viniendo en su "oculta" compañía. En ese lapso aprendió la técnica de su hermana para lograr entrelazar las flores y poder hacer aquella bonita corona de la que siempre le presumía.

Fué entonces que, ese sábado en especial, decidió no fingir que dormía, sino que se puso manos a la obra y comenzó a recolectar toda flor que pudiese usar para su trabajo manual.

Yukio, quien desde su escondite le observaba, enarcó una ceja al verle hacer aquello. Parecía estar muy concentrado. Era interesante para él. Aprendió, en esos días en que estuco acompañándolo desde su escondite, que el rubio tenía varias expresiones adorables, como la confundida que hacía cada vez que trataba de identificar dos flores distintas, o la molesta, que hacía cuando algún bicho paseaba por su rostro, cuando dormía.

Sonrió sin poder evitarlo. Siempre era así cuando pensaba en el rubio.

-...¡Lo logré! —Le oyó exclamar, haciendo que volviera su atención en él, sonrojándose al ver la brillante sonrisa en su bello rostro. Tragó saliva pesadamente y dejó de verlo, sintiendo que el corazón se le saldría en cualquier momento.

-...Maldición...—Murmuró para sí mismo, cubriendo sus ojos por un segundo.

Mala idea.

-...¡Ajá! —Volvió a exclamar Ryota, logrando que el pelinegro diera un brinco por el susto y le viera, sorprendido y avergonzado—...Te tengo...—Sonrió y se acercó rápidamente con la corona en manos.

Forcejeó un poco, pero cuando finalmente pudo colocársela, estuvo satisfecho.

Le regaló una sonrisa y Yukio supo que estaba perdidamente enamorado de ese chico con la caperuza roja.

The wolf that fell in love with Little Red Riding Hood [KiKasa]Where stories live. Discover now